4.26.2013

DA MIEDO, de Jesús León (LEVANTE-EMV)


Impresiona e incluso da miedo, que las juventudes del PP de Castellón, secundadas por las de Valencia, hayan decidido instar a los estudiantes a la delación secreta de los profesores que a su juicio opinen políticamente en clase. Se trata de una actuación a la luz pública y su presidente ha llegado a expresar literalmente que «no se puede consentir que el profesor critique en las aulas la reforma educativa o los recortes en educación». He dicho que impresiona e incluso da miedo, pero debe entenderse bien. No se trata de que un grupo más o menos numeroso de jóvenes ultras se reúnan de manera informal para proponer la abolición del sistema democrático que nos hemos dado, no. Esto existe y seguramente existirá mientras haya almas calenturientas descarriadas en el mundo. Lo peligroso se centra en que estos jóvenes están organizados bajo las siglas de un partido (el PP) que, mientras no se demuestre lo contrario, tiene el marchamo indiscutible de democrático. De ahí el peligro, especialmente, porque se observa una actitud no solo tibia, sino que se podría decir, sin temor a equivocarse, que permisiva, cuando no comprensiva, tanto por parte del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra como de la consellera de Educación, María José Catalá, a quien parece que pretenden implicar en esta barrabasada. 
Por tanto, ni el PP en su conjunto, ni menos aún tan destacados dirigentes y responsables de la Administración, deberían tolerar ni por un momento más tales planteamientos, vulneradores del constitucional derecho a la libertad de cátedra. ¿Cómo es posible que se pueda proceder con tan bajos instintos políticos para criticar o rebatir aquellas opiniones que les sean contrarias a su ideología a estas juventudes del PP? ¿No disfrutan ellos y toda la sociedad del no menos importante derecho a la libertad de expresión para rebatir las opiniones contrarias de los demás? ¿Se les impide a estos jóvenes el cambio de impresiones sobre política o cualesquiera otras cuestiones en el ámbito docente? ¿Quiénes son ellos para poner los límites a la libertad de cátedra?
¿No habíamos quedado en que el guerracivilismo y la represión habían terminado con la llegada de la democracia? ¿No se da cuenta el PP de que estos planteamientos muestran una dosis inverosímil de soterrada violencia que les puede estallar en sus propias manos en cualquier momento? Porque violencia es la delación anónima, y tal actitud en un sistema democrático no solo debe ser reprochado y reprochable, sino impedido radicalmente. Prueba es la investigación abierta por la Fiscalía a denuncia del sindicato Stepv, a fin de depurar presuntas responsabilidades penales de los promotores de tan inadmisible campaña. 
Confío en que los responsables institucionales y orgánicos del PP tengan rapidez de reflejos y tomen las medidas oportunas para cortar de raíz este conato de grave intolerancia antidemocrática en las NN GG de Castellón, por el bien de todos.