(Antonio Aradillas).- De vuelta de Roma, celebrado el Sínodo (a. 1970), y por iniciativa del mismo Cardenal don Vicente Enrique Tarancón, entonces arzobispo de Toledo, le hice una larga y sustanciosa entrevista para el periódico "Pueblo" en el que yo trabajaba, cuya síntesis merece ser reproducida como ferviente homenaje a uno de los personajes más importantes de la historia de la Iglesia española en los últimos tiempos.
Adelanto tan solo que lo declarado por él, da la sensación de haberlo hecho hoy, o hasta "pasado mañana", por la actualidad que entraña, por su estilo y su contenido:
. "Los sacerdotes han se darse mucha prisa para renovarse y deponer posturas agrias y polémicas que, con su intransigencia, puedan provocar escisiones en la Iglesia"
. "La Iglesia hasta ahora se nos había presentado como defensora de la fe, y en los tiempos presentes aparece como peregrina, con una dimensión más dinámica"
. "La Iglesia, como tal, no está para apoyar, ni para derrocar formas de Gobierno. Está para colaborar generosamente con la autoridad, a la búsqueda del bien común. Me reafirmo, y me reafirmaré siempre, en la idea, de que jamás, y por razón alguna, se involucrará la Iglesia en opciones temporales".
. "Todas las personas, "contestatarias" o no, tienen siempre abiertas las puertas a mi amistad y a mi afecto".
. "Los sacerdotes y obispos que no logren conectar directamente con los seglares, vivirán de espaldas, o al margen de la Iglesia"´.
. "España no estaba preparada para el Concilio Vaticano. Este nos cogió de sorpresa".
. "El mundo se ha secularizado y los sacerdotes no acaban de encontrar en él su puesto. Se hallan desconcertados y desengañados. Por su condición y carácter, apenas si pueden ya ser líderes, y entonces sufren la atormentadora tentación de conseguir su liderazgo"
. "En las fórmulas y en los ritos, se pone todavía el acentuadísimo acento de la Iglesia, y no en la integridad de la vida. Esto explica que católicos, y no católicos, estimen que la Iglesia es cosa de obispos y curas, considerándola como algo ajeno a ellos mismos".
. "El obispo ha dejado de ser "excelencia", "prerrogativa" y "honor", para ser una persona al servicio de todos. Por eso no se concibe un obispo en su palacio".
. "El sacerdote necesita encontrarse con el mundo. Y en él, será ministro de la esperanza".
. "Las tendencias diversas en la Iglesia son signos de su crecimiento y de su vitalidad. No cabe en ella pesimismo. Este es espurio en su planteamiento."
"Urge cada día más responsabilizar a los fieles en su obligación de subvenir al sostenimiento decoroso de la Iglesia: de sus ministros y de sus obras"
. "La Iglesia deja libertad de opciones políticas, siempre que en cualquier régimen se salven los derechos naturales y las leyes morales".
. "Los justos deseos y criterios del Pueblo de Dios habrán de ser recabados y expresados, también en el nombramiento de los obispos".
. "A los sacerdotes secularizados hay que prestarles ayuda material y espiritual, además de la comprensión que necesitan en esos momentos para afrontar sus dificultades".
. "Para realizar el misterio de Cristo, se ha de potenciar todo lo humano, sin inútiles dicotomías entre el orden natural y el sobrenatural, integrado en la totalidad del hombre".
. "El margen de libertad de expresión en la Iglesia, es ancho. No puede ser cerrado, ni rígido. Aún las mismas posturas consideradas por algunos como un tanto "extremas" pueden abrir caminos espléndidos en la Iglesia. Ninguna voz puede acallarse en la misma".
. "Quiero que el diálogo con todos sea una de mis devociones más predilectas".
El Cardenal don Vicente Enrique Tarancón, sin pensar que algún día hicieran rimar su apellido con "paredón", fuma tabaco negro, muy negro. Y lo hace parsimoniosamente. Con fruición muy natural, y hasta algo sobrenatural. De ello pudiera haber dado testimonio el entonces Cardenal Luciani, después efímero Papa Juan Pablo I. Partidario del club de fútbol "Atletic de Bilbao", Mons. Tarancón me confirma que "esta temporada el club está haciendo una buena campaña" y que "por cierto me prometieron ponerme la insignia del club, pero aún no la han hecho. ¿Cuál fue el último resultado?".
Me informo de que al Cardenal le gusta mucho la música y de que, cuando está de mal humor, lo espanta tocando el piano. "Ya siendo párroco de Villarreal, cuando los feligreses me oían tocarlo, comentaban cual podría ser la razón de mi mal humor pasajero. Apenas si veo la televisión, pero me gustaría ver la retransmisión de algún partido. Me apasiona el teatro". Me refiere que Juan Ramón Jiménez es su poeta y que leer a Azorín es una de sus debilidades literarias...
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