Os contamos cómo combatir el reciente entusiasmo pepero de los periódicos ante las elecciones municipales
El otro día vimos una cosa rarísima: Mariano Rajoy dando una entrevista en un periódico. Y nosotros nos preguntamos: ¿Pero Rajoy aún es el presidente de España? O incluso: ¿Pero Rajoy NO HABÍA MUERTO? Pues no. El hombre ha decidido salir del confort de su plasma, como si fuese una película de terror en 3D demasiado real para nuestro gusto, mientras los periodistas cantan las proezas del gobierno pepero.
Si "La Razón" sigue inventándose tantas cosas, habrá que trasladarla del quiosco a la sección de Novela Fantástica. O quizás a la de Novela Erótica, dada la facilidad que tienen para arrodillarse con la boca abierta ante el presidente cuando le entrevistan.
¿A qué se debe este repentino entusiasmo por el PP y la reaparición de Rajoy? Pues a las inminentes elecciones municipales. Los electores tenemos memoria de pez y a la hora de votar nos quedamos tan solo con las últimas impresiones que recibimos de los medios de comunicación.
Podemos recordar en cada puta discusión con nuestra pareja que hace cinco años se comió una patata frita de nuestro plato sin preguntar, pero olvidamos la privatización de la sanidad, los recortes en Educación, la subida del IVA y que tenemos por presidente a un monigote que leyó "Fin de la cita" al acabar un discurso.
¿Es posible combatir la mala memoria política del votante? Por supuesto que sí. Y ahora os vamos a explicar cómo:
No leer prensa afín al PP. Abandonad La Razón, el ABC, La Gaceta, El Mundo y leed... esto... ¿El País? Ah, no, tampoco. A ver si los analfabetos en este país vamos a ser los de izquierdas y por esto no existen periódicos de nuestra cuerda.
Acudir a terapia. Sabemos que el gobierno pepero ha resultado tan traumático que vuestra mente intenta eliminar los recuerdos asociados a él. Pero todo se puede solucionar con un muñequito y la pregunta "Indícanos el lugar en el que te tocó el ministro". Para representar a Montoro podemos usar una figura del malo de Los Pitufos.
Tatuarse. Hoy en día la gente usa los tatuajes para recordar momentos importantes de su vida. Será que somos gilipollas, porque antes nos bastaba con anotarlo en un papel o con ese misterioso órgano llamado cerebro. Pero estos son los tiempos que nos ha tocado vivir. Así que cada vez que algún político os decepcione, dibujaros su cara en el cuerpo. Pero mejor pedidle al tatuador que directamente os reproduzca todo el Congreso de los Diputados. Os ahorraréis tiempo, porque tarde o temprano todos y cada uno de ellos os va a putear de una manera u otra.
Votar al PSOE. El mejor antídoto para recordar todas las fechorías del PP es votar a su rival tradicional. El único problema es que corres el altísimo riesgo de olvidar tooooodas las mierdas que puede llegar a hacer el PSOE en cuatro años de gobierno. U ocho. O doce. O dieciséis. ¿Os acordáis de Felipe González? ¿No? Entonces es que estáis siguiendo este consejo al pie de la letra.
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