No podríamos imaginar para nuestra vida
un desenlace distinto del suyo. La cruz de Jesús nos señala la meta: amar hasta
el don total de sí mismo.
VER
Ningún
ser humano es ilegal. Pero Janeth Beltrán Martínez murió en el hospital de
Toledo después de pasar cuatro horas esperando sin que la atendieran. No tenía
tarjeta sanitaria. Tampoco la tenía el joven senegalés de 28 años que murió en
mayo en Mallorca después de que el hospital de Inca le denegara la atención
sanitaria. En España, desde abril de 2012, el Real Decreto 16/2012 excluye de
esta asistencia a los extranjeros en situación irregular. El Espacio del
Inmigrante del Raval, en Barcelona, lucha desde hace año y medio contra esta
ley que considera racista.
Manuela
(nombre ficticio), Davide y Mustafá, son gente "normal y corriente",
como ellos mismo se definen, vinculada al barrio del Raval. Empezaron a darse
cuenta de que muchos de sus vecinos del barrio dejaban de acudir a las
urgencias de los hospitales por miedo a que les denunciaran o les cobraran
por una atención médica que no podían pagar. Cansados de ver cómo, en
muchas ocasiones, se cobraba a los inmigrantes por acudir a urgencias y en vez
de reclamar sus facturas, dejaban de acudir a los hospitales, se pusieron en
marcha.
El
Espacio del Inmigrante defiende el derecho a la sanidad pública
de este colectivo desde varios frentes. De la atención médica básica -Manuela
es médica- hasta la reclamación de facturas ilegales por acudir a urgencias, o
la atención psicológica. Alertan de que han aparecido hasta focos de
tuberculosis en el Raval: "Si excluyes a una parte de la sociedad del
sistema, creas riesgos más caros que la inclusión", denuncian.
"No somos una ONG que realiza servicios, ayudamos a
gente a que conozca sus derechos para que ellos mismos los ejerzan". No
tienen estructura legal ni reciben subvenciones. "No nos interesa, somos
un colectivo que decide tomar sus derechos en vez de pedirlos", aclara
Manuela. Insisten en que lo que hacen es "acompañar" a los
inmigrantes en su reivindicación colectivizándola y buscan empoderar a
quien en ese momento es más débil.
En
España hay más de 800.000 inmigrantes que se han quedado fuera del sistema
sanitario, según la plataforma 'Yo Sí Sanidad Universal'. De momento ya
han conseguido que se anulen unas cuantas facturas que no debían cobrarse y
aseguran que "con conseguir que uno ejerza sus derechos ya es
suficiente".
"Muchos
subsaharianos creen que cuando lleguen aquí todo irá de maravilla, porque creen
que el Estado les protegerá como protege a sus cooperantes en África",
relata Mustafá. Pero no es así, el Estado del bienestar no es para todos. Hace
poco recibieron a tres inmigrantes que llegaban de Melilla. "Tenían la
mirada perdida, sólo repetían que querían trabajar, pero estaban
destrozados", recuerda Manuela.
Aunque
muchos inmigrantes siguen quedándose definitivamente excluidos del sistema, eso
no significa el fin de la reivindicación. El siguiente paso es acudir al
médico de cabecera y solicitarle que se acoja a la ley de objeción de
conciencia. "Es otra vía, más politizada", señala Mustafá, que
alega que muchos médicos se sienten alejados de la realidad porque no saben
cuántos pacientes se quedan fuera de la red. "Quien te manda a casa es un
administrativo o un celador, no alguien con formación sanitaria", se queja
y afirma que cuentan con una red de médicos objetores.
Quieren
ir poco a poco: "Cuando nos abrimos vino mucha gente a proponer muchas
cosas y la mayoría no ha vuelto", se queja Mustafá. Manuela, en tono
irónico exclama "¡cuando ya tienen la foto con el negrito, se van!" (Esperanza Escribano).
CRUCIFIXIÓN (Ángel Guinda)
¡Hablo en
nombre de aquellos cuya vida es una encrucijada!
En nombre de
quienes solo encuentran cruces a cada paso,
espantapájaros
en cruz, cruceiros en su peregrinación.
Hablo en nombre
de los que a duras penas avanzan rebotando entre cruces,
apartando
cruces, esquivando tumbas, tropellados por cruces.
¡Mujeres y
hombres sin voz con los brazos en cruz!
Cruces andantes
por los campos baldíos.
¡Hablo en
nombre de los crucificados!
¿Soy una †?
¡Soy la
crucifixión!
¿Cómo
permanecer con los brazos cruzados viendo rodar el mundo
con tanta cruz
a cuestas?
EVANGELIO (Jn 3, 13-17)
13 Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo,
el Hijo del hombre. 14 Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, 15 para que
todo el que cree en él tenga vida eterna. 16 Porque tanto amó Dios
al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no
perezca, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no envió a su
Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. 18
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha
creído en el nombre del Unigénito de Dios. 19 Este es el juicio: que
la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque
sus obras eran malas. 20 Pues todo el que obra el mal detesta la
luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. 21
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus
obras están hechas según Dios».
Ayuda
para la meditación
La cruz
es la demostración suprema del amor a que lleva el dinamismo del Espíritu.
¿Acaso buscaré otro camino espiritual después de haber conocido el amor de
Jesús? Habiéndonos acercado a él por la fe en su palabra (iniciación),
seguiremos tras él hasta la cruz esperada (vida de apostolado). Es verdad que
el miedo nos atenaza, pero no conseguirá que nos arrepintamos de haber seguido
a un crucificado. No podríamos imaginar para nuestra vida un desenlace distinto
del suyo. La cruz de Jesús nos señala la meta: amar hasta el don total de sí
mismo.
Todo el
que se adhiera al crucificado, aceptando su amor y el don de su amor, obtendrá
vida definitiva y amará como él ha amado. La cruz es el árbol de la vida del
que los cristianos comemos en cada eucaristía. ¡No lo olvidemos, cristianos!
El amor
de Dios fue el móvil del envío del Hijo y su finalidad es salvar a todo
«hombre/mujer». El propósito divino es
enteramente positivo y universal: dar Vida, y Vida definitiva.
Ante mí
se abren dos actitudes: o a favor de Jesús o en contra; no existe la
indiferencia (“si no recojo con él, desparramo”). Ante el ofrecimiento del amor
no me cabe más que responder sí o negarme a aceptarlo.
La
conducta del hombre está guiada y juzgada por la cruz. Es ella, expresión
extrema del amor de Dios, la única norma y la que descubre la bondad o maldad
de las acciones: bondad es bajar a los crucificados de la historia; maldad es
ser indiferentes a los que están siendo crucificados.
No deja
de ser un triste misterio que las personas nos neguemos a aceptar la justicia
de los pobres. ¡Cuántos preferimos seguir viviendo en nuestras tinieblas
egoístas, rechazando, por mala fe, la luz de la vida! ¿Por qué nos empeñamos en
renunciar a la plenitud de la vida que es el amor? Este es el pecado de la
humanidad.
Pero
esta opción por la mala fe tiene un motivo: porque
nuestro modo de obrar es perverso. El modo de obrar perverso consiste en el
uso de la mentira y la violencia
como medios de opresión. Los opresores del hombre a cualquier nivel no aceptan
la justicia de los pobres.
Todo el que obra el mal, odia la luz. La luz denuncia la maldad oculta. Y para
que la maldad quede oculta contamos con la labor –opuesta a la luz– de la
ideología. La luz es el amor de Dios. Por eso existe una respuesta de odio al
amor de Dios. El que obra el mal, odia ser desenmascarado. Se odia la bondad de
la luz. La maldad no puede soportar la luz e intenta sofocarla. Los agentes de
injusticia y muerte no pueden soportar su denuncia. “Y no se acerca a la luz, para que no se le eche en cara su modo de
obrar”.
No son
doctrinas las que separan de Dios, sino conductas; igual que Dios no ofrece
doctrinas, sino vida. Acercarse a la luz (amar a los pobres como los ama Dios)
equivale a creer en Jesús, en su modo de vivir, que es el modo divino (y por
ello humano) de amar en esta historia. Por el contrario, el que con su modo de
obrar daña al hombre, ese odia a Jesús y le niega su adhesión, pues teme que se
ponga de manifiesto su propia vileza. No quiere cotejar su vida con el modo de
obrar de Jesús.
No se
puede ser opresor del hombre y prestar adhesión a Jesús. El hombre se define
por sus obras. Por eso, el que obra la
verdad se acerca a la luz, para que se vean que sus obras están hechas según
Dios. Obrar la verdad equivale a hacer lo que es bueno para el hombre. El
amor puede llamarse tal en la medida en que realiza el bien del hombre,
comunicándole vida. Los que están a favor de la creación y de la vida, esos se
acercan a Jesús. Hay una disposición y una praxis que preceden a la adhesión a
Jesús, que son la lealtad a la vida y al pobre. Hay una escucha, una docilidad
a Dios anterior a la fe en Jesús y que permite llegar a ella.
Sólo con
personas dispuestas a amar hasta la muerte puede construirse la verdadera
sociedad humana. Son las personas libres las que se necesitan; aquellas cuya
vida es la práctica del amor sacrificado, el don de sí mismos, con aquella
universalidad con la que Dios ama a la humanidad entera. Toda empresa que tome
por base la persona a medio hacer, a la persona sin amor, está condenada al
fracaso.
MEDITO
«Si
se diera la identidad entre la palabra y su objeto, la palabra fuego quemaría
en la boca. Si se diera su diferencia, el conocimiento no sería posible» (Nagarjuna). El
símbolo.
Vemos diversidad de cruces entre nosotros: de
diversos tamaños, grandes y pequeñas, públicas y privadas; de variados
materiales, de oro y de plata, de hierro…
Ahora miro mi vida: ¿soy “símbolo” cristiano? Es decir, ¿está mi vida
(palabra y compromiso) tan identificada con Jesús (como es posible aquí en la
tierra) que quien me ve a mí está viéndole a él? “Cada vez que lo hicisteis con
uno de estos mis hermanos pequeños, conmigo lo hicisteis”, dijo Jesús. Los
pobres son invisible sacramento salvador: “¿cuándo te vimos hambriento…
y no te asistimos?”. Pero para los cristianos son un sacramento bien visible:
Jesús se identificó con los pobres de tal manera que estos son para siempre su
presencia/ ocultación divina. Y yo, ¿soy presencia visible de Jesús? ¿Por mi
compromiso es el Padre glorificado?
Medito lo que dice Nagarjuna sobre la identidad
y la diferencia entre la palabra y su objeto. Oro la oración a Jesús Obrero,
repasando con el corazón la frase “pensar como tú, trabajar contigo y vivir en
Ti”.
¡SEÑOR JESÚS (Pere
Casaldàliga)
Mi fuerza y mi
fracaso
eres tú.
Mi herencia y mi
pobreza.
Tú, mi justicia,
Jesús.
Mi Guerra y mi paz.
¡Mi libre libertad!
Mi muerte y mi
vida,
Tú.
Palabra de mis
gritos,
Silencio de mis
espera,
Testigo de mis
sueños,
¡Cruz de mi cruz!,
Causa de mi
amargura,
Perdón de mi
egoísmo,
Crimen de mi
proceso,
Juez de mi pobre
llanto,
Razón de mi
Esperanza,
¡Tú!
Mi tierra Prometida
eres Tú…
La Pascua de mi
Pascua,
¡nuestra gloria
por siempre,
Señor Jesús!
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