En España, la banca siempre gana Eduardo Garzón (El pulpito laico)
¿No
os ha pasado nunca que le dais un cuantioso préstamo a un colega
desesperado, sabedores de que lo más probable es que nunca os devuelva
el dinero
–porque su modo de vida es frenético y despilfarrador–,
y
que cuando reconoce que no va a poder pagar le perdonáis y le seguís
tratando con cariño y amor como si no hubiese pasado nada? ¿No? A mí
tampoco, pero esto es
lo que les ha pasado a los gobiernos del PSOE y del PP con sus colegas
de la banca.
“Ostras, ¿y cómo es posible esto? ¿Están locos?”,
preguntarán
muchos. La respuesta sería positiva si el dinero prestado hubiese sido
suyo, pero es que no ha sido el caso: los respectivos gobiernos
prestaron y comprometieron
dinero nuestro, de todos los contribuyentes. No el suyo, que tontos no
son, claro, pues sabían que las probabilidades de ser devuelto eran
nulas (aunque se paseasen
–con más nariz que Pinocho–
por las teles diciendo lo contrario).
Bueno,
a decir verdad estoy siendo muy injusto con la banca: en realidad sí
nos ha devuelto a los contribuyentes una parte del dinero. ¿Cuánto? El
5,2% del total, que
asciende a 51.303 millones de euros.
El
volumen total de ayudas directas embolsadas a la banca es superior a
todo el déficit público que tiene actualmente el Estado español,
equivalente a los recortes
efectuados desde 2009 en las partidas presupuestarias anuales de
educación, sanidad, desempleo, vivienda, cultura y transporte juntas.
¡Toma ya! Casi nada.
Es,
según cifras oficiales de la oficina de estadísticas europea, el
rescate bancario más costoso de las economías más grandes de la
Eurozona. No está mal para haber
sido “el sistema financiero más sólido de la comunidad internacional”
en palabras de Zapatero emitidas en septiembre de 2008.
“Bueno, pero las ayudas las han recibido las cajas, no los bancos”.
Ya,
claro, y los elefantes vuelan los martes por la noche. Casi todas las
cajas han acabado absorbidas por los bancos, ergo las ayudas que
recibieron aquellas se
encuentran en el seno de éstos. Además, una parte considerable de las
ayudas públicas fueron entregadas a los bancos en forma de avales y
garantías. Sin ellas, los bancos habrían quebrado hace mucho tiempo.
Estas garantías han alcanzado los 110.895 millones
de euros, y aunque ya no hay riesgo de que supongan un coste, fue
dinero público comprometido sin nuestro permiso a bancos (no sólo a
cajas). Y el español ha sido el tercer estado de Europa con mayor
volumen de garantías otorgadas al sistema financiero, solo
superado por el irlandés y el griego. Por último, adivina de dónde
obtienen los bancos el dinero para operar y hacer negocio con él: de una
institución pública, el Banco Central Europeo, que crea el dinero de la
nada y se lo entrega a los bancos barato para
que lo presten caro a familias, empresas y estados. Si esto no es una
ayuda pública que baje Zeus y nos parta con un rayo.
“Bueno, al menos han devuelto algo de dinero, y puede que devuelvan
más”,
dirán
algunos. Pues mira, difícilmente podría ser peor porque el poco dinero
que han devuelto lo han sacado fundamentalmente de haber vendido partes
de cajas de
ahorros que antes realizaban obras sociales, estimulaban la competencia
entre los bancos, enfocaban su actividad a la región, y que en algunos
casos pertenecían al estado (como es el caso de Bankia), con lo cual el
actual sistema bancario está enormemente
concentrado y es más proclive a abusar de los clientes a través de
comisiones y otras artimañas. Es como si tu colega el gorrón te hubiese
devuelto una pequeña parte del préstamo con dinero que ha obtenido
vendiendo algunos muebles de tu casa. Absolutamente
genial.
Amigo
gorrón, que no necesitado ni pobre. Porque el año pasado, después de la
entrega de las ayudas públicas a la banca sin ningún tipo de permiso
por parte de los
propietarios del dinero comprometido –nosotros–,
hasta
133 banqueros españoles cobraron como mínimo más de un millón de euros
cada uno de ellos. Y ese mismo años descubrimos estupefactos sucesos tan
aberrantes
como que el número del BBVA se jubilase con 55 años con una pensión de
4.900 euros…
¡al día!
Y
que nadie se lleve a desengaños: las ayudas no han sido para la banca,
las ayudas han sido para los dueños de la misma, porque éstos han
despedido entre 2008 y 2015
a 77.253 empleados de rango medio y bajo; nada más y nada menos que a
casi 1 de cada 3 trabajadores.
Pero
aquí no ha pasado nada. Ya nadie se acuerda de las ayudas a los bancos y
del coste que ha supuesto y está suponiendo para el bienestar de la
mayoría social en
forma de recortes en educación, sanidad, dependencia, pensiones,
cultura, etc. Porque ahora todo va
dabuti, ¿no? Al menos eso dicen los banqueros y sus amigos
los actuales gobernantes, y ellos nunca mienten ni se aprovechan de la gente indefensa.
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