En
el día en el que comenzaba el juicio de la Gürtel, hablar del único
partido imputado en un caso de corrupción casi resultaba una misión
imposible entre la catarata de declaraciones
de barones socialistas
No
abuses, Mariano. Tú mejor que nadie sabe que en política pasa como en
el patio del colegio, antes o después los abusones se llevan su
merecido. Mira qué le ha pasado al pobre
Aznar, que hasta le acabas de convertir la FAES en una subcontrata.
Albert Rivera va camino de celebrar los congresos de su partido en un microbús y poder reunir a todos sus votantes en un
workshop
para emprendedores. En Podemos los pablistas y los errejonistas se
cazan a
diario como si fueran pokémons. Y todo eso es nada comparado con un
PSOE donde ya es pasado hablar de guerra por el poder porque ya padecen
el hambre y el racionamiento de la posguerra administrada por una
gestora que parece un gobierno de ocupación. Tu victoria
resulta tan incontestable como apabullante pero recuerda, oh Mariano,
que eres humano. La soberbia ha matado más cesares que la traición.
En
el día en el que comenzaba el juicio de la Gürtel, hablar del tan
temido horizonte penal que sacudirá al único partido imputado como tal
en un caso de corrupción casi resultaba
una extravagancia, una misión imposible entre la catarata de
declaraciones y tomas de posición de los barones socialistas. De la
"única autoridad" al "la candidatura más potente que puedan imaginar" de
Emiliano García Page, pasando por la diferencia conceptual
entre abstención y apoyo establecida por Javier Fernández o la denuncia
por parte de Javier Lambán del holocausto independentista que planeaba
Sánchez, sobra el material y cada minuto trae su afán.
A
Pedro Sánchez se le derribó por la presunta debilidad de su liderazgo.
Tras el holocausto nuclear del pasado comité federal era de esperar que
emergieran a pecho descubierto
todos los líderes castrados y maniatados por la torpeza del anterior
secretario general. Se daba por hecho que abundarían las voces diciendo
con absoluta claridad qué hay que hacer, cuándo se va a hacer y quién lo
va a hacer, empezando por la cuestión de abstenerse
o no ante Rajoy. Pero no ha sido así. El PSOE ha cambiado el "no es no"
por una sucesión de "ya veremos", "lo estamos pensando", "qué quieres
que te diga, por un lado si pero por otro también" o "ya os llamaremos
cuando sepamos algo".
En
el PSOE nadie parece querer asumir el coste de tomar una decisión que,
paradójicamente, ya carece de valor. Da igual lo que decida los
socialistas, que haya gobierno o vayamos
a elecciones, ya sólo depende de ti, Mariano. Tan fácil te resultará
justificar ir de nuevo a la investidura por responsabilidad, como la
necesidad de ir a elecciones porque no se pude uno fiar de semejante
tropa. Por eso tiéndeles la mano, te lo agradecerán.
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