12.13.2014

Navidades de pobreza y desigualdad, agravadas por el cinismo de Rajoy (D'El pulpito laico)

Para Rajoy, “la crisis es historia del pasado” y éstas “serán las primeras Navidades de la recuperación”. Feliz él, si es que se lo cree, pero la gran mayoría de los que han padecido estos tres años de su Gobierno podrán celebrar bien poco en estas fiestas, sobre todo si son mujeres, parados, pobres, desahuciados, dependientes…

Al parecer, sólo el presidente desconoce que ha gobernado (y sigue haciéndolo) a favor de los más acaudalados, multiplicando a cambio la desigualdad y las dificultades económicas de la población trabajadora. Porque mientras él se felicita de lo bien que van las cosas (quizá para él y los suyos), su propio Consejo de Ministros aprueba más ayudas a Cáritas y Cruz Roja y asume la alerta europea ante el aumento del número de españoles que no pueden pagarse la calefacción.

En el tercer aniversario de su mayoría absoluta, que le ha permitido imponer al Congreso cualesquiera medidas y recortes con el rodillo parlamentario de 186 escaños, Rajoy no debería alardear de descenso del desempleo porque se han destruido 508.278 empleos y ahora hay 91.654 parados más que cuando llegó al poder. Más aún, cuando él entró en La Moncloa, al menos dos de cada tres parados percibían alguna prestación por desempleo; hoy sólo la tiene uno de cada dos.

¿Va el presidente a felicitar las Pascuas con optimismo a los 3,3 millones de parados que llevan un año o más sin trabajo? ¿O se felicita de que gracias a su gestión sumen ya 716.000 desempleados de larga duración más que los que heredó de Zapatero?

También podría enviar christmas a los casi 13 millones de españoles que ahora corren el riesgo de caer en la pobreza, según la Encuesta sobre Condiciones de Vida del INE… o quizá, para ahorrar y como muestra de austeridad, remitirlos sólo a los 150.000 ciudadanos que han engrosado esa cifra durante su mandato. Ya que, en ese tiempo, las familias que subsisten con lo justo han subido del 56,3% al 65%, y la renta media por hogar ha bajado a niveles de hace una década.

Igualmente, debería pensar en donar juguetes ­–o, mejor, comida– a los 800.000 niños más que viven hoy en España bajo el umbral de la pobreza, según UNICEF, puesto que hacer regalos navideños al total de tres millones de menores que están hoy en situación precaria, tras ese incremento durante la crisis, sería poco consecuente con su política de austeridad y recortes. ¿Ignorará también Rajoy que la tasa de pobreza infantil en España se ha disparado del 28,2% al 36,3%, un incremento sólo superado por México y EEUU?

En las Navidades de la recuperación, más de uno de cada tres niños españoles pasarán las fiestas en la pobreza. Y el motivo es que la política económica neoliberal (impuesta por la Troika, pero abrazada con entusiasmo por Rajoy) ha conseguido que España no sólo sea el país con la mayor brecha entre ricos y pobres de la OCDE, sino que el incremento de esa tremenda desigualdad haya sido astronómico durante la crisis: el número de veces que la renta media del 10% más rico multiplica la del 10% más pobre casi se ha duplicado, pasando de 8,4 a 13,8 (+64,3%).

Y en esa ampliación del abismo entre ricos y pobres sí que arrollamos a todos los demás países de la OCDE, incluidos México (un aumento del 13,8%) y EEUU (+9,27%). Por supuesto, España también es la que más crece en Europa (como no cesa de repetir Rajoy, aunque refiriéndose a sus estadísticas macroeconómicas)… pero en desigualdad.



Así que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico está instando a todos los gobiernos a reducir la desigualdad como única forma de impulsar el crecimiento. Pero ¿cómo reducir esa brecha entre ricos y pobres que no cesa de crecer? Pues “asegurándose de que los más acaudalados contribuyen” a las arcas públicas, imponiendo “tributos sobre la riqueza y la propiedad, incluida la transferencia de activos”; así como proporcionando a la población “una educación de calidad, una buena cobertura sanitaria o formación laboral”.

¿Alguien puede creerse que Rajoy ha aplicado esas recetas para su milagro económico?

Su reforma fiscal aprobada en octubre hace importantes rebajas tributarias a las rentas más altas, que pasan del tipo máximo del 52% al 45%, reduce la ya bajísima tasa a las rentas del capital del 27% al 23%, y deja el impuesto de sociedades en sólo el 25% (pero los incentivos y deducciones ofrecidos a las grandes empresas hacen que en realidad coticen a una miserable media del 7%).

En resumen, los asalariados sufragan el 90% de los ingresos del Estado, mientras España es un paraíso fiscal para las corporaciones, multinacionales y grandes fortunas. De hecho, España es el segundo país de la OCDE –tras Israel– donde más ha caído la recaudación fiscal desde que comenzó la crisis.

La Relatora sobre Pobreza Extrema y Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Magdalena Sepúlveda Carmona, ha sido muy contundente en su informe sobre la reforma fiscal de Rajoy: el Gobierno español incumple su obligación de destinar el máximo de los recursos disponibles para garantizar los derechos humanos, económicos, sociales y culturales.

Eso sí, como “no hay dinero en las arcas para pagar los servicios públicos” (Montoro dixit), pues Rajoy había antes recortado brutalmente el gasto en educación y cobertura sanitaria, justo lo que la OCDE advierte que hay que garantizar, hasta que la misma Comisión Europea le ha avisado de que sus “ajustes” están golpeando tan duramente a los hogares más pobres que sale perjudicado el conjunto de la economía.

Y no olvidemos a las familias desahuciadas de sus hogares: 82.680 el año pasado, más de 26.500 en los primeros seis meses de este año, y 13.341 en el pasado trimestre (un 7,3% más que en ese periodo de 2013).

¿A todas ellas les enviará también Rajoy sus felicitaciones navideñas?

Pocas veces ha sido tan cínico un gobernante como este presidente al hablar de “las primeras Navidades de la recuperación”.