2.08.2015

Un hermanamiento que nació del conflicto (LEVANTE-EMV, 07/02/2015)

Gandia propone hermanarse con Pinet para zanjar una disputa ocurrida en 1883 en la que la primera autoridad del pequeño municipio arrebató la vara de mando de Rausell

07.02.2015 | 04:15
Un hermanamiento que nació del conflicto
Un hermanamiento que nació del conflicto
Gandia-Pinet. El alcalde de Gandia ha propuesto zanjar con un hermanamiento la disputa que hace 132 años mantuvo el alcalde de esta ciudad con el del pequeño municipio de Pinet, en la Vall d'Albaida. Símbolo de aquel enfrentamiento es una vara de mando del alcalde de Gandia que aún guarda en el Ayuntamiento de Pinet.
El alcalde de Gandia, Arturo Torró, ha propuesto al de Pinet, Juan Ramón Chismol, que los dos municipios firmen un protocolo de hermanamiento. Tan insólita petición entre dos municipios vecinos tiene su origen en un conflicto ocurrido en 1883 del que muy pocas personas tienen noticia.

En aquella época los entonces alcaldes de Gandia, José Rausell, y de Pinet, Domingo Mahiques, quedaron en la partida del Surar, situada muy cerca de Barx, para delimitar los términos. Cuenta el historiador Abel Soler que en aquel lugar se estaban colocando los mojones de separación cuando el gandiense Rausell reclamó el área del Surar, que hasta ese momento pertenecía a Pinet. Al no llegar a un acuerdo, la discusión se fue calentando hasta el punto de que Mahiques se abalanzó sobre Rausell, al que le quitó la vara de mando de alcalde.

Ese objeto, símbolo del poder y la autoridad que ejercen los representantes municipales, se quedó en el Ayuntamiento de Pinet, y allí permanece. Levante-EMV reveló en su edición del martes pasado que ahora la Diputación de Valencia ha aprobado una ayuda para restaurar la vara de mando del alcalde de Gandia que el de Pinet se llevó a su pueblo.

132 años después de aquel incidente, quien hoy ocupa la alcaldía de Gandia reveló ayer que ha encargado una réplica de la vara de mando que le fue arrebatada a su antecesor en ese cargo. Según señaló ayer Torró, la ha pagado de su bolsillo y la ha donado al ayuntamiento «para que sea la vara de mando del actual y de los futuros alcaldes». Además, cuando finalice la restauración de la vara que está en Pinet, el alcalde gandiense quiere iniciar el proceso para hermanar esta bulliciosa ciudad de casi 80.000 habitantes con el pequeño y tranquilo pueblo de Pinet, que no llega a doscientos, «y así cerrar todas las heridas del pasado». El hermanamiento seguramente se llevará a cabo en la próxima legislatura, según sugirió ayer a Levante-EMV el alcalde de Pinet, quien reconoció sentirse un poco abrumado por la repercusión de que este hecho ha tenido entre sus vecinos. 

Allí algunos han llegado a difundir a través de las redes sociales que la vara de mando se iba a devolver a Gandia, un hecho incierto porque el objeto, una pequeña y singular pieza del patrimonio histórico de Pinet y de Gandia, no puede ser donado porque es propiedad municipal. En todo caso, podría cederse para una exposición, pero tal y como están las cosas, no parece que eso vaya a producirse. Un siglo largo después, el pequeño sigue sin fiarse del grande.

El recelo del alcalde Chismol es tal que incluso ha declinado la petición realizada por este periódico para fotografiar toda la vara. La única imagen de que se dispone apenas abarca la empuñadura y un pequeño tramo de la «autoridad» que Domingo Mahiques le arrebató a José Rausell.