5.31.2015

Han ganado las izquierdas, d'Ana Noguera (sistemadigital.es

Ayer mismo, en una jornada de reflexión organizada por la UIMP de Valencia, una amiga comentó que “han ganado las izquierdas” y “no habrá dos oportunidades para formar gobiernos diferentes: o es ahora o en cuatro años volverá a ganar la derecha vestida como sea”. Y, en mi opinión, tiene toda la razón en ambas reflexiones.

En España, siempre hemos visto la división política entre una derecha compacta y unitaria frente a una izquierda plural y diversa. Este diferente comportamiento político y electoral corresponde a una visión distinta de la democracia: la derecha ha entendido siempre la democracia como una estrategia de juegos electorales, por ello, la primacía de un único partido que recogiera todas las particularidades, desde el centro derecha a la extrema derecha, aunque fuera a costa de anular el arco iris del pensamiento diverso, era una prioridad necesaria para ganar elecciones; por el contrario, la izquierda española siempre ha tenido partidos más flexibles y unos votantes más exigentes a la hora de ejercer su voto, donde no era tan importante ser cola de león como mantener la proximidad con las ideas o sentimientos políticos, aunque ello significara pertenecer a una organización minúscula. La democracia como estrategia frente a pluralismo.

Pero ahora estamos en una situación nueva y desconocida en España. Aunque previsible y deseable. Se veía venir que, si se ganaba a la derecha, sólo podía ser mediante la suma de votos de una izquierda plural y fragmentada. Como así ha sido.
Se han sustituido las mayorías absolutas por el pacto y la negociación; la imposición del ordeno y mando por el diálogo y el consenso; la voz unitaria por las voces plurales; en definitiva, el mando por la política. Porque la política es negociar, hablar, consensuar, y utilizar la diplomacia como un ejercicio práctico de gobierno.

Pero eso no es fácil y no estamos acostumbrados. Ése es el reto. Y si no se consigue, se generará la frustración del votante de izquierdas y no habrá otra oportunidad para corregir errores de falta de entendimiento.

El PP necesita desmontarse por completo, limpiar con desinfectante todas sus tuberías desde la central a cualquier municipio, dimitir toda una cúpula aznarista comenzando por el propio Rajoy (no sólo por la pérdida electoral sino por los sobres y la corrupción), y refundarse, si le da tiempo y no le coge la mano Ciudadanos. De momento, la crisis está instalada y se ven dos posiciones radicalmente diferentes: los barones regionales que ya han dimitido “en diferido” y los “tótems” de la derecha como Aguirre o Barberá que, patéticamente, se agarran a insultos, descalificaciones, movimientos desordenados, y propuestas de “gobierno de concentración” absolutamente descabelladas, no se sabe bien para qué.

Los partidos de la izquierda, viejos y nuevos o como quiera usted llamarlos, tienen la obligación de gobernar, no de realizar cálculos electorales de cara a las elecciones generales. Y tienen que hacerlo de otra manera, con otras palabras, con otro estilo, con una capacidad diferente: a imagen y semejanza de Manuela Carmena o de quien también tiene sus mismas peculiaridades, Ángel Gabilondo.

No resulta sorprendente que sea alguien como Manuela quien puede dar ejemplo: una mujer feminista, comprometida, activa, sólida intelectualmente, sin pretensiones, sin ninguna necesidad de destacar ni de absorber poder porque ya lo ha hecho todo, es de esas personas que han ido y vuelto mientras los demás aún estamos tropezando, libre de ataduras, independiente de organizaciones, que sólo tiene dos compromisos: con la gente y con ella misma.

En mi Comunidad Valenciana, estamos hablando aún de los “quiénes” ocuparán cada puesto, pero también hay que hablar del “qué” nos une. Y hay una primera prioridad que es indiscutible e innegociable: “Los valencianos, aún más pobres pese a la mejora de la economía. La renta media de los hogares continúa cayendo: uno de cada cuatro vive ya en el umbral de la pobreza”.

Han ganado las izquierdas pero también quiero que gobiernen las izquierdas. Nos lo deben a los millones de ciudadanos que hemos puesto nuestra indignación, nuestro compromiso y nuestra confianza.

Ana Noguera

5.26.2015

València era una festa!, de Carme Miquel (LEVANTE-EMV)

              Diumenge a la nit la ciutat de València era una festa. La gent, que anava trobant-se en diferents llocs –plaça del Pilar, plaça de l’Ajuntament, plaça de Manises, Benimaclet…-  s’abraçava amb efusió. N’hi havia que tenien els ulls plens de llàgrimes. S’hi transmetia emoció i eufòria i. Els grups de persones en el carrer s’anaven multiplicant conforme avançava la nit. Tothom es mostrava content amb els resultats electorals obtinguts pels candidats i candidates a la Generalitat i pels de l’Ajuntament de la capital. I, pot semblar una paradoxa, el PP continuava sent la força més votada però la gent que no vol aquest partit, s’alegrava dels resultats que aquesta força hi havia obtingut. 

            Que s’hi celebrava, doncs?  Segurament molts celebraven l’enorme ascens de Compromís o la presència nova de Podem o la no debacle del PSPV a la Generalitat, però la gran majoria estava contenta perquè el PP amb els resultats obtinguts, ja no obtindria el poder.  Després de molts anys de governs, autonòmic i municipal, on ha primat l’amiguisme, les aliances amb els rics,  la fatuïtat i la prepotència, la manca de respecte a l’adversari, la ineficiència, el malbaratament, la grolleria i la incultura, integrat tot dins d’una onada de corrupció, l’atmosfera política s’hi feia irrespirable. S’havia instal·lat un estil de govern que irritava gran part de la ciutadania, que confesava que no podia aguantar-los més. I per això, aquesta part de la ciutadania està contenta. Les espectatives d’una canvi en els objectius i les maneres de governar, ha creat il·lusió. I per això, tothom espera que els partits polítics que han de propiciar l’esmentat canvi, no defraudaran.

            Però la situació no és fàcil, cal assumir-ho. En primer lloc, per arribar a pactes, les forces polítiques presents a les institucions hauran de fer un gran esforç. Hauran de posar sobre la taula tot allò que els uneix, pensar en el bé comú, en els més desfavorits. En les negociacions caldrà  fer exercicis d’humilitat, actuar de manera generosa. En definitiva, practicar una cultura del pacte i actuar amb lleialtat i molt de trellat.

            En segon lloc hi ha els problemes econòmics. No hi ha diners ni en la Generalitat ni en els ajuntaments, el que hi ha són deutes i forats. És per tot això que s’esdevé necessari fer molta pedagogia. Explicar a la ciutadania, de manera entenedora, la situació econòmica existent, demanar-li col·laboració, establir les prioritats. Hi ha d’haver un diàleg permanent entre els propis partits polítics i entre aquests i la gent. La política de comunicació serà molt important.

            I per acabar, la meua salutació a la gent d’Esquerra Unida. Sense la seua presència a les institucions, perdem una força amb experiència i dignitat. Però la lluita continua. Ben bé que ho saben ells i elles.

            

5.23.2015

LA MISA CAMPESINA - "CANTO DE LA COMUNION" - VERSION POP - INTERNACIONAL...

Oltra: “Vamos a hacer que nos devuelvan hasta el último céntimo robado” (d'El pulpito laico)

La candidata de Compromís está convencida de que será presidenta. Pactará con quien tenga un discurso emancipador, defienda los servicios públicos y esté “en la decencia política”. 
 
 LAURA L. DAVID - VALENCIA.- Defensora de causas por ganar en la oposición contra Francisco Camps y Alberto Fabra, la abogada Mónica Oltra (Neuss, Alemania, 1969) va a por todas. Después de un largo proceso hasta encabezar la lista de la coalición Compromís, Oltra asegura estar preparada para liderar un gobierno de diálogo y lidiar con unas Corts Valencianesmultipartidistas en las que el PP pase a la oposición. Segura de sí misma, se muestra confiada en que ella será presidenta, por encima de los resultados que obtengan los socialistas o Podemos.

Hace un año y medio el cambio al frente del Gobierno valenciano se daba por hecho. Ahora, en cambio, el escenario parece más incierto. ¿Lo ve Mónica Oltra así también?
Creo que el cambio político está cantado, el PP no gobernará si no tiene mayoría absoluta porque ningún partido democrático le puede dar el gobierno a un partido tan corrupto y podrido como el PP.

¿Qué parte de culpa tienen los valencianos que siguen votando al PP, después de tantos casos de corrupción?
No me gusta hablar de culpa porque es un concepto que nos ha sometido mucho, me gusta más hablar de responsabilidad. Pero es cierto que nadie votó al PP para que nos robaran. Ninguna persona les votó para que nos engañaran y nos saquearan. Por tanto, creo que la responsabilidad penal, política y moral es de quiénes nos han engañado y nos han saqueado.

Ustedes hablan en su campaña de hacer política para las personas. ¿Quién no hace política para las personas?
Los que han rescatado bancos, los que han hecho que esta crisis-estafa la paguen las clases medias y más humildes, los que han recortado nuestros servicios públicos, los que han preferido cerrar plantas de hospital o unidades escolares pero pagarle 1.300 millones de euros a Florentino Pérez por el fiasco de Castor. Esos hacen política para los intereses de unos pocos. Es cierto que esos también son personas, pero cuando nosotros hablamos de personas nos referimos a la mayoría social.

Alberto Fabra dice que no ha cerrado ningún hospital ni ningún colegio…
Pero es mentira. Si sumas todas las unidades escolares que ha cerrado, te salen 80 colegios de dos líneas. No ha cogido un colegio y ha dicho ‘venga, los niños a la calle y que no estén escolarizados’; ¡faltaría más! Es que los gobiernos no cierran colegios. Los protegen y protegen a la infancia, cosa que este gobierno no ha hecho. Tenemos un 36,6% de pobreza infantil en la Comunidada Valenciana, según datos de UNICEF.

 
Ustedes hicieron su última campaña insistiendo en mensajes contra la corrupción y en ésta apuestan por esta idea de rescatar a las personas. ¿Cree que son mensajes que ilusionan al electorado?
Sobre el dolor no se construye una alternativa. Y la corrupción y la pobreza lo que han generado es mucho dolor porque la gente que se ha ido quedando por el camino, al mismo tiempo, tenía que oír en los medios de comunicación cómo nos estaban robando. En esta última etapa, hemos querido construir la alternativa política y el discurso público para que podamos cogernos de la mano con la gente que había bajado los brazos. No sólo proteger los sueños conjuntamente, sino también darle la concreción a la política que nos pueda hacer más felices, que mejore la vida de la gente. Sé positivamente que eso ilusiona a la gente. La crítica al otro empodera, pero la construcción del futuro de nuestros hijos ilusiona.

Una de vuestras medidas estrella es el Concierto Económico Responsable. ¿En qué consiste esta propuesta?
Nosotros lo planteamos de la siguiente manera: tenemos que conseguir una financiación justa porque los valencianos no queremos ser un pueblo de segunda. Somos la única comunidad autónoma pobre que paga a las más ricas. Eso es una anomalía democrática. El PP nos ha situado en la España pobre: tenemos renta per cápita y PIB por debajo de la media española, mientras que el paro y la pobreza están por encima de la media. Eso no se ajusta a la Constitución. Con estas condiciones económicas deberíamos ser comunidad receptora, pero no ha ayudado la imagen que ha dado el Gobierno valenciano, Rita Barberá y Esteban González Pons, subidos a Ferraris... La gente pensaba que aquí atábamos los perros con longanizas y no es verdad. Aquí los sueldos y las pensiones son más bajas. Por eso, lo primero es conseguir esa financiación justa y la deuda histórica, consecuencia de la infrafinanciación, y el concierto además lo que supone es la capacidad de recaudar. Nosotros somos una fuerza de proximidad y cuanto más cerca del ciudadano se recauda, más conciencia de democracia inclusiva se genera.

¿Plantearán un concierto así para todas las comunidades autónomas?
Nosotros abogamos por un modelo federal y el concierto probablemente sería una buena opción para otras comunidades autónomas. La recaudación de tributos es una base fundamental de la democracia ya que es lo que te permite tener los ingresos que garantizan los derechos de las personas. Supone acercar la democracia y es bueno que esté lo más cerca posible de la gente.

¿Cómo van a negociar esto con Madrid, contando con que habrá que reclamarlo al gobierno central y éste será de distinto color al suyo?
Negociando con contundencia. A mí no me importan los colores. Aquí el color es el del pueblo valenciano, ése es mi color. Y el que no quiera entender eso por las buenas, lo tendrá que entender por las malas, en los tribunales. Se está incumpliendo la Constitución y no es justo lo que nos está pasando. Lo tienen que entender sí o sí.

Usted se hizo famosa en todo el Estado por aquella camiseta que decía ‘Wanted Camps. Only alive’. Si llega al gobierno, ¿tomará alguna medida para ‘cazar’ a Camps? 
Entiendo que esas medidas las tiene que poner la justicia. Hay suficientes datos ya encima de la mesa, como el caso de la Fórmula 1 en el que ya hay una querella presentada al fiscal, y creo que Camps ya está en vías de ser cazado. No obstante, lo que vamos a hacer es poner medidas para cazar a todo aquel que se enriqueció, saqueó y malgastó y, sobre todo, para que devuelva hasta el último céntimo que nos han robado. La gente no solo quiere que vayan a la cárcel, quiere que devuelvan el dinero. No sirve de nada que vaya seis meses a la cárcel y luego saque su dinero de Suiza o de Andorra o donde tiene las cuentas esta gente. Tienen que devolver el dinero.

¿Cómo les obligarán a hacerlo?
Cuando lleguemos al Gobierno, habrá que revisar la documentación y los cajones y, en función de eso, habrá que ir a por todos y cada uno sobre los que pueda haber indicio de delito. Habrá que limpiar de porquería las instituciones y que paguen su responsabilidad penal, económica y política, y que la gente pueda saber la verdad. En los casos en los que haya difícil prueba de delito, pero sí esté claro que ha habido un mal uso de dinero público, el Tribunal de Cuentas tiene lo que se llama el procedimiento por alcance, mediante el cual los responsables deben devolver el dinero que se haya perdido por una responsabilidad o negligencia política. Ésa es la vía, nosotros ya la utilizamos con la Fórmula 1 acudiendo a la Fiscalía del Tribunal de Cuentas.

Usted hizo una oposición muy activa y beligerante, ¿cómo se imagina un Parlamento con ustedes en el Gobierno y el PP en la oposición?
Creo que el PP va a tener mucho trabajo en los próximos años. Fabra renunció a ser presidente para ser candidato y su reto más grande va a ser limpiar de porquería su partido, van a estar ocupados. Como nosotros queremos plantear un gobierno desde el diálogo y unas Cortes multipartidistas donde la palabra vuelva a ser protagonista, me parece que puede ser una legislatura donde se imponga el diálogo absoluto frente a la mayoría absoluta que teníamos antes.

Dentro de ese diálogo, ¿con qué posibles socios de gobierno se sentiría más cómoda?
Con aquellos que tengan un discurso emancipador parecido al nuestro. No con los que han seguido los preceptos de la Troika; no con los que dicen una cosa cuando son gobierno y otra cuando son oposición; con aquellos que tienen un compromiso con las políticas que defienden a las personas y los servicios públicos, y que estén en la decencia política.

¿Eso incluye a Ximo Puig?
Pues depende de dónde se vaya a colocar. Siempre he dicho que no es tanto con quién vamos a pactar si no qué vamos a pactar. Creo que tienen que estar muy claros las propuestas y objetivos que vayamos a tener. No estoy hablando de escribir una biblia de doscientos folios, hablo de diez o doce propuestas clave que caben en un folio y que pueden cambiar el mundo.

Pero, ¿facilitaría que Ximo Puig fuera presidente de la Generalitat?
Preferiría que él facilitara que yo fuera presidenta. (Risas).

A falta de candidato y de propuestas conocidas, Podemos dijo que estaba dispuesto a proponerle usted como presidenta de la Generalitat, ¿qué le parece?
Muy bien. Me parece bien, que me voten… en Compromís.

Que voten a Compromís o…
Bueno, los ciudadanos ya sabrán. Pero, en cualquier caso, me parece bien. Si confían más en mí que en su candidato para ser presidenta, por algo será.

Los pensionistas valencianos han perdido 30 euros al mes en poder de compra desde 2011 Las prestaciones inferiores han subido un 3,65 % menos que la inflación acumulada durante los últimos cuatro años 20.05.2015 | 02:53 JOSÉ LUIS ZARAGOZÁ | VALENCIA (LA VERITABLE CARA DEL PP)

Los pensionistas de la Comunitat Valenciana echan cuentas de la revalorización de las prestaciones sociales recibidas durante estos últimos años y detectan unaclara pérdida de poder adquisitivo. A la vuelta de casi un lustro, los receptores de pensiones no sólo han visto mermada su capacidad de compra, sino que han perdido un 3,65 % por la evolución del Índice de Precios al Consumo (IPC). Eso se traduce en 29,7 euros mensuales „es decir, 356,5 euros al año„ menos que el nivel de la inflación, según constatan las últimas estadísticas del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
El empeoramiento de la situación de los pensionistas arrancó en 2011, tras la decisión del otrora Ejecutivo socialista de Rodríguez Zapatero. Entonces se decidió la congelación de las prestaciones sociales y desde entonces sufren la pérdida de poder adquisitivo, una situación que afecta a las diferentes prestaciones del sistema como las de jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y favor a familiares. Hay que tener en cuenta que en la actualidad, según los informes que manejan las centrales sindicales a partir de los datos de la Seguridad Social, entre el 20 % y el 25 % de los pensionistas valencianos percibe menos de 600 euros mensuales. La pensión media es de 814,26 euros al mes.
Efectos del nuevo sistema
Con la llegada del Partido Popular, el Gobierno central decidió no actualizar las pensiones en función de la inflación para hacer más sostenible la hucha de las pensiones tras el envejecimiento de la población y la crisis económica. Así, desde el pasado mes de enero de 2015 se está aplicando el llamado Índice de Revalorización de las Pensiones, un complejo indicador macroeconómico que tiene en cuenta factores como la cuantía de la pensión media por el efecto sustitución „es decir, la diferencia entre las pensiones que causan baja y las nuevas que entran en el sistema„, el número de prestaciones, los ingresos contributivos o el gasto total del sistema.
Según Evaristo Soto, secretario general de la Unión de Pensionistas de CC OO-PV, «el cambio de criterio tan sólo ha servido para aumentar el nivel de empobrecimiento de la población. A la vista están los hechos, ya que cada vez son más los pensionistas de la Comunitat Valenciana, aunque también de otras autonomías, que tienen serias dificultades para llegar a final de mes», explica en declaraciones a este diario.
En su opinión, el objetivo del Ejecutivo central para que la revalorización sea compatible con el equilibrio presupuestario a lo largo del ciclo 2014-2020 es «un grave error». En ese sentido, el dirigente sindical no considera acertado que las pensiones se vinculen a la marcha de la economía, y no a la evolución del IPC, como siempre ha ocurrido en España. Esta nueva fórmula del Gobierno tiene dos límites: habrá una revalorización mínima garantizada del 0,25 % anual para evitar que en las malas épocas, como la actual, las pensiones bajen, y una subida máxima del IPC más el 0,5 % que se aplicará en épocas de bonanza económica.
Según Soto, «muchos pensionistas sostienen con la prestación a diferentes miembros de la familia que están en desempleo. No dan para poder vivir dignamente», lamenta este dirigente de Comisiones Obreras. «La cuarta parte de los pensionistas valencianos está en el umbral de la pobreza», puntualiza.
Comisiones Obreras ha estado en desacuerdo con la revalorización que ha puesto en marcha el Partido Popular, «que tiene que echar mano de la hucha o fondo de reservas», recuerda Soto. Según este sindicalista, en lugar de reducir los gastos públicos, que están en la media de la Unión Europea, habría que apostar por el incremento de los ingresos del Estado, por ejemplo a través de una eficiente recaudación fiscal».

Efecto de la rebaja del IRPF
Respecto a la rebaja del IRPF que ha puesto en marcha el Gobierno, reconoce que el efecto de ese recorte de tributos que ha entrado en vigor este año compensará parte de la pérdida de poder adquisitivo que han acumulado los pensionistas en cuatro años, «aunque eso sólo afectará a las pensiones máximas», ya que las mínimas no realizan la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Por otro lado, asegura que el Gobierno «miente» cuando habla del incremento de las pensiones, ya que las prestaciones mínimas registran la menor revalorización «real» porque no se benefician de dichos recortes tributarios.

5.22.2015

Si no votas al PP, votas a ETA Ignacio Escolar (d'El pulpito laico)

Esperanza Aguirre azuza a la desesperada el espantajo del terrorismo en un debate electoral de vergüenza.

Manuela Carmena fue una de las fundadoras del despacho de abogados laboralistas que sufrió la matanza de Atocha, es premio nacional de Derechos Humanos y cofundadora de Jueces para la Democracia; fue magistrada del Tribunal Supremo, jueza decana de Madrid y relatora de la ONU, entre otras muchas cosas. Cuando se jubiló, abrió una tienda social de ropa para niños hecha por reclusas en reinserción. Pero cuando la presentan en el debate de Telemadrid, la parte más importante de su currículum es que fue jueza y asesoró al Gobierno Vasco. 
Se entiende mejor el detalle biográfico vasco que recupera la ‘imparcial’ moderadora cuando al minuto Esperanza Aguirre acusa a Carmena de llevar “abertzales en sus listas”, de preocuparse por “el sufrimiento de los etarras”, de haber excarcelado a terroristas y, por supuesto, de “despreciar a las víctimas”. Jugada en equipo: la moderadora pasa y Aguirre chuta. TeleEspe funciona así. 
La estrategia de Esperanza Aguirre en ese aberrante formato de debate electoral que ella misma impuso en Telemadrid ha sido bastante clara: embarrar aún más campo, a ver si así consigue manchar la imagen de Manuela Carmena, su principal rival en estas elecciones, y que aparece como la candidata mejor valorada en las encuestas. 
Esperanza Aguirre estuvo maleducada, impertinente, hipócrita y exasperante en el debate electoral. Acusó a Carmena de estar en sintonía de ETA; ese es todo su programa –que a cinco días de las elecciones sigue sin presentar–: si no votas al PP, votas a ETA. La lideresa siguió la ola de una portada de El Mundo tan indigna que hasta el nuevo director del periódico –que aún no ha tomado posesión– se desvinculó de tan rastrera acusación

Relacionar con ETA a todo aquel que no sea del PP no es una estrategia nueva de la derecha, aunque ahora ese espantajo se use contra Podemos y Ahora Madrid; antes ya lo hicieron contra “zETAp” y esa “traición a los muertos” que indignamente acusó Rajoy. Utilizar el terrorismo de forma tan sucia e inmoral, banalizar sobre ETA de esta manera, sí es un insulto a las víctimas; una verdadera traición.

"Estados canallas" : El Libro de la Gran Denuncia Noam Chomsky - Ernesto Vera inforepeZnet Commentaries, 3-8-1999 Granma/23-29 de junio del 2002 (d'El pulpito laico)

La mayor parte de las 270 páginas del libro Estados Canallas, de Noam Chomsky, están dedicadas en lo fundamental a demostrar la culpabilidad de Estados Unidos en los crímenes más horrendos de las últimas décadas. El carácter terrorista de los gobiernos estadounidenses alcanza el grado más escandaloso mediante el análisis del autor sobre la verdadera condición del Estado canalla que pretende declarar así a los estados desobedientes, mientras se erige como jefe absoluto de los que se consideran por encima de toda ley internacional debido a su poderío.

Usar a las Naciones Unidas cuando le conviene y realizar todo tipo de agresión directa de resultarle posible ha sido y es, de manera confesa, la canallada mayor de nuestro tiempo. Arrogarse ese derecho con los instrumentos de la fuerza y el engaño, sin el menor respeto a nada ni nadie, aspirando al aplauso, parece ser el destino que Estados Unidos pretende imponer en todo el mundo.

El estudio de los hechos desde el final de la II Guerra Mundial, el carácter público e interno de ellos, así como la comprobación fehaciente que permite la reciente desclasificación de documentos, hacen indudable cada afirmación de Chomsky sobre la típica doble moral de los gobiernos estadounidenses. Lo trágico de esas historias es que tienen como denominador común las masacres de seres humanos de muchas partes del mundo y la manipulación informativa que las justifique ante la opinión pública y, en especial, orientada principalmente a alcanzar el apoyo del pueblo norteamericano.

Aunque este libro fue escrito antes del 11 de septiembre pasado tiene el valor de que su contenido permite entender mejor el escándalo actual sobre la información previa que tenía el presidente George W. Bush en relación con aquellas acciones terroristas. Su último libro ?"9/11" u "11 de septiembre"? editado en octubre del 2001 ha tenido gran éxito y es, sobre todo, la actualización de la denuncia fundamental del título que analizamos hoy. En ambos califica a Estados Unidos como el gran Estado Terrorista.

Estados Canallas deja al desnudo cada justificación imperialista para sus agresiones y demuestra con sólidos argumentos la complicidad de Estados Unidos en toda acción genocida y terrorista, fundamentalmente desde la década del 60. Millones de víctimas en todo el mundo, sean indonesios, vietnamitas, serbios, palestinos, nicaragüenses y cubanos, por solo citar algunos de la gran cantidad de países agredidos, perdieron sus vidas por el derecho que se arroga Estados Unidos de estar por encima de toda ley internacional y carecer de la más elemental ética. Pareciera que aquel pensamiento filosófico de que entre los poderosos y los débiles la libertad es la que suprime y la ley la que libera, es hoy el dilema que vive la humanidad.

Uno de los valores principales del libro que analizamos es la revelación resumida de cómo se desarrollaron las maniobras en cada caso, lo que considero conveniente dar a conocer según el relato del autor. Para ello es necesario expresarlo en una serie de cuatro artículos sobre algunos de los temas específicos que fueron abordados, mediante la síntesis indispensable.

Noam Chomsky, el norteamericano contemporáneo con más profundidad en los trabajos analíticos sobre Estados Unidos, sufre el silencio de los grandes medios de su país. No obstante, su prestigio también como lingüista y filósofo se abre paso de manera creciente. Los artículos que he escrito tienen el doble propósito de difundir su valiente y certera denuncia y rendir homenaje al talento combativo que lo distingue

David contra Goliat

En esta sección del libro Estados Canallas Noan Chomsky hace un amplio análisis de la política norteamericana "de terror y de guerra económica" contra Cuba durante más de cuatro décadas, calificativo que expresa sin rodeo en el primer párrafo. Después hace un recuento histórico desde tiempos de John Quincy Adams para decir que aquel pensamiento anexionista "sigue siendo así" ya que "la necesidad de poseer a Cuba es el tema más antiguo de la política exterior estadounidense".

Más adelante plantea que el bloqueo contra este país es el más duro en el mundo a pesar del aislamiento creciente del gobierno norteamericano en la Asamblea General de la ONU y en relación con el propio pueblo norteamericano.

El autor subraya el fanatismo agresor contra Cuba en el gobierno de Kennedy y afirma: "Los archivos internos de la administración Kennedy, muchos de los cuales pueden consultarse en la actualidad, describen una atmósfera de lo que fue llamado `salvajismo' y `fanatismo' debido al fracaso de EE.UU. en la reconquista de Cuba. Las propias declaraciones públicas de Kennedy eran bastante desenfrenadas. Dijo públicamente que Estados Unidos sería barrido entre los desechos de la historia si no conseguía volver a Cuba bajo su control".

En este capítulo se describe la falsedad y engaño imperialistas con relación a la intervención de EE.UU. en la Isla en 1898 y todo el proceso posterior de "colonia virtual" hasta el triunfo revolucionario, definido así por dos profesores de Harvard en la reciente obra Las Cintas de Kennedy... Fragmentos del informe de Schlesinger, hoy desclasificado, están reproducidos en el libro y representan la clave de tantas campañas agresivas, bien distante de preocupaciones sobre derechos humanos y democracia. Uno de ellos, determinante, decía: "El problema de Cuba es `la difusión de la idea de Castro de hacer las cosas por uno mismo'". Agregaba que la idea tenía un gran atractivo en toda América Latina, donde "la distribución de la tierra y otras formas de riqueza nacional favorecen considerablemente a las clases propietarias [...] [y] los pobres y carentes de privilegios, estimulados por el ejemplo de la Revolución cubana, están exigiendo actualmente la oportunidad de vivir una vida decente". Chomsky, al echar una ojeada sobre los archivos de planificación a lo largo de los años, confirma que esta ha sido siempre la amenaza, aunque haya utilizado y utilizan diversas justificaciones. "Cuba es lo que llamó un `virus' que podría infectar a otros, quienes podrían sentirse estimulados por `la idea de Castro de hacer las cosas uno mismo' y creer también que ellos podrían tener una existencia decente", escribe Chomsky.

Otro informe interno que revela el libro es el de Thomas Carthers, que se ocupó de las iniciativas democráticas en tiempos de Reagan. Según sus observaciones, aunque esa administración debilitó a la democracia en todas partes, estaba interesada sinceramente en ciertas formas de democracia que califica como Top?Down (de arriba hacia abajo), formas que mantienen "las estructuras tradicionales de poder" en su lugar, o sea, aquellas con las que EE.UU. ha mantenido buenas relaciones desde hace tiempo. Si la democracia tiene esa forma, no hay problema.

La otra democracia, la de los de abajo, los trabajadores y los pueblos, resulta molesta a todos los gobiernos del imperio. Esas inquietudes, como que Cuba, por ejemplo, "manda más médicos a todo el mundo que cualquier otro país pese a sus actuales aprietos, que son importantes, y al mantener, de manera inconcebible, un sistema de salud que le resulta incómodo a EE.UU. debido a ese tipo de preocupaciones y también al fanatismo que se remonta lejos en la historia norteamericana, el gobierno de Estados Unidos, al menos por el momento prosigue con su ataque histérico y proseguirá hasta que alguien se lo impida... el disuasor principal sigue estando donde siempre estuvo: dentro de casa. Dos tercios de la población norteamericana se oponen al embargo sin necesidad de ningún debate sobre el tema. Imaginemos qué pasaría si las cuestiones se estudiaran de manera seria y honesta. Eso nos deja unas enormes oportunidades de ejercer ese tipo de disuasión", concluye Chomsky.

Galería de los Canallas ¿quién está incluido?

En este capítulo del libro Estados canallas de Noam Chomsky, es desenmascarado el doble carácter que Estados Unidos le da a esa condición. De esa forma califica a los estados desobedientes, mientras lo son en realidad los países que se consideran por encima de toda ley internacional, debido a su poderío, con el gobierno norteamericano a la cabeza. Tal fenómeno contemporáneo se inicia al terminar la Segunda Guerra Mundial y llega a su punto más alto después de la Guerra Fría. Es decir, Estados Unidos y sus aliados practican la doble canallada de atribuirle a otros su propia forma de actuar y de hacerlo apoyándose en el control que ejercen sobre los grandes medios de prensa que dominan la información de alcance mundial.

En la etapa actual el estilo es directo, brutal, sin que considere necesario guardar las apariencias. Chomsky cita planteamientos de Dean Acheson en 1963 referidos a cómo afectar los intereses estadounidenses, por legal que sea, no tiene ese sentido para su gobierno. Debido a que esos intereses son globales, todo lo que no sea plegarse a sus órdenes debe considerarse digno de represión mediante el imperio de la fuerza.

Dos ejemplos de los señalados por el autor son Timor Oriental e Indonesia.

En cuanto a Timor Oriental Chomsky subraya: "No resulta fácil escribir con calma y desapasionamiento fingidos sobre los acontecimientos que han tenido lugar. Habría bastado conque Estados Unidos y sus aliados pusieran fin a su participación activa e informaran a sus directores asociados en el mando militar indonesio que debían terminar las atrocidades y conceder al territorio el derecho establecido por las Naciones Unidas y el Tribunal Internacional de Justicia". La invasión de Indonesia a Timor Oriental en 1975 representó sesenta mil personas asesinadas en el plazo de dos meses, o sea, el equivalente al 10% de su población. Chomsky compara esa proporción con otra idéntica, la que sufrió la URSS en toda la Segunda Guerra Mundial.

Ese país, que acaba de alcanzar su independencia, llegó a sufrir ampliamente más bajas proporcionalmente mediante la agresión militar de Indonesia, que cualquier otra nación del mundo. Según el autor del libro, "la cifra llegó a 200 mil en pocos años gracias al apoyo militar cada vez mayor de Estados Unidos, con la colaboración del Reino Unido, cuando las atrocidades mayores llegaron a su punto máximo en 1978"... hasta que Washington acabó por indicar a los generales indonesios que el juego había terminado. Rápidamente las cosas cambiaron de curso e Indonesia anunció su retirada, un indicador del poder latente que siempre había estado allí".

Según Chomsky, la preocupación de que Indonesia se convirtiera en una versión asiática de Cuba promovió el golpe de Estado del general Suharto en 1965, lo que significó el asesinato en masa de centenares de miles de personas, fundamentalmente los militantes del Partido Comunista de ese país. Todo se hizo, según Chomsky, en la consideración de que el "logro dio lugar a una euforia incontenida en occidente y a calurosas alabanzas hacia los `moderados' indonesios ?Suharto y sus cómplices militares? que habían limpiado la sociedad y la habían abierto al saqueo extranjero".

Muestra elocuente de la complicidad de Estados Unidos en una de las masacres más crueles y masivas es el informe del Secretario de Defensa Robert McNamara, cuando al referirse a la ayuda y el entrenamiento militar estadounidense a los militares indonesios consigna que se habían "producido dividendos" ?incluyendo medio millón de cadáveres?, mientras decía al presidente Johnson que la asistencia militar "alentó (al ejército) a actuar contra el Partido Comunista indonesio cuando se presentó la oportunidad", así como "los contactos oficiales del ejército indonesio, incluyendo su participación en programas universitarios, fueron factores muy importantes en la determinación de la orientación favorable de la nueva elite política indonesia". Por supuesto, el ejército.

Difícilmente podrá encontrarse otro hecho tan horrendo de genocidio interno, realizado con la complicidad del gobierno estadounidense y los grandes medios transnacionales, salvo el de los 200 mil desaparecidos en Guatemala después del golpe de la CIA en 1954. En el primer caso, en pocos meses y en otro, durante más de tres décadas y media.

El Imperio de la Fuerza en los Asuntos Mundiales

En este capítulo el autor de Estados Canallas analiza cómo Estados Unidos considera la observancia de la Carta de las Naciones Unidas cuando se trata de hacer uso de la fuerza contra otros países. La única excepción que lo autoriza provisionalmente es el artículo 51 que permite "el derecho inmanente de legitima defensa" contra un "ataque armado... hasta que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales". Fuera de estas excepciones, los estados miembros "en sus relaciones internacionales se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza...".

La posición de Estados Unidos al respecto está definida en lo expuesto por Madeleine Albrigth cuando era embajadora ante las Naciones Unidas con el derecho que se arrogaba sobre Iraq, al expresar ante el Consejo de Seguridad que Estados Unidos actuaría "multilateralmente cuando podamos, y unilateralmente cuando debamos" porque "reconocemos que esta región es vital para los intereses nacionales de Estados Unidos" y, por lo tanto no aceptamos limitaciones externas.

Otro caso de gran repercusión en su momento fue la sentencia del Tribunal Internacional de Justicia en 1986, que condenó a Estados Unidos por el "uso ilegal de la fuerza" contra Nicaragua, contrariando el término "ayuda humanitaria" con el de "ayuda militar" e imponiendo el consiguiente pago de reparaciones. El resultado fue una campaña generalizada contra el Tribunal por haberse "desacreditado a sí mismo" al sancionar al imperio, además del silencio en la prensa, nuevos fondos para la contra y uso del veto en el Consejo de Seguridad. No hay dudas, la ley internacional aplicada al poderoso tiene el carácter subversivo de la igualdad de los Estados.

Más preciso aún fue el secretario de Estado George Shultz al señalar que las "negociaciones son un eufemismo de capitulación si la sombra del poder no se proyecta sobre la mesa de reuniones". Y agregó la condena y la burla contra aquellos que están a favor de "medios utópicos, legalistas, tales como la mediación exterior, las Naciones Unidas y el Tribunal Internacional de Justicia, mientras omiten el elemento de poder de la ecuación".

El colmo del uso adecuado a sus intereses del artículo 51 fue en 1986, cuando Estados Unidos justificó sus bombardeos a ciudades libias sobre la base de "defensa propia contra ataque futuro", que Chomsky considera "habría hecho enrojecer de vergüenza a un estudiante de secundaria".

Similar inspiración tuvo Madeleine Albrigth en 1993, al ordenar Clinton un ataque con misiles contra Iraq. El bombardeo, dijo, era en "defensa propia, contra ataque armado", refiriéndose a un supuesto intento de atentado contra el ex presidente Bush que habría tenido lugar dos meses antes. Lo interesante de esa represalia absurda, se reflejó en el New York Times al revelar este que funcionarios de la administración, en declaraciones anónimas, informaron a la prensa "que la creencia en la culpabilidad de Iraq estaba basada, no tanto en pruebas férreas, sino en indicios circunstanciales y en análisis". En ese momento no faltó, como tantas veces, la complicidad del Reino Unido. Su secretario de Estado, Douglas Hurd, dijo en el Parlamento que habría un "peligroso estado de parálisis" en el mundo, si Estados Unidos se viera obligado a obtener la aprobación del Consejo de Seguridad antes de lanzar misiles contra un enemigo que podría ?o no? ser responsable del intento fallido de matar a un ex presidente dos meses antes".

Chomsky, ante los hechos mencionados y otros similares, concluye que están muy justificados los temores con respecto a esos "Estados canallas" que actúan mediante la fuerza de su "interés nacional" en los términos definidos por el poder interno y, lo que resulta más inquietante, que se nombran a sí mismos jueces y ejecutores.

El imperio de la fuerza en los asuntos mundiales, subtítulo del libro Estados Canallas, representa hoy lo que nos advirtió Simón Bolívar al decir que "La libertad es ilegítima si no se dirige a honrar a la humanidad y perfeccionar su suerte".

La libertad de agredir y mentir es tan ilegítima como la "elección" presidencial del que se proclamó el 20 de mayo "padrino" de la mafia de Miami. 

Compromís: El voto optimista Manuel Alcaraz Ramos 17.05.2015 (d'El pulpito laico)

Habrá visto usted los carteles de campaña de Compromís. Son de color naranja. Pero algunos, por el influjo de la luz, del calor, o vaya usted a saber de qué trampa de la física, se han vuelto rojos, o a ratos se ven rojos y a ratos naranjas. Es una metáfora inesperada sobre la síntesis de algunas de ideas que se asoman en las palabras de Mónica, de Mireia o de Natxo. Es como si al proponerse para gobernar, superados tiempos inciertos y frías primaveras en camiseta, Compromís hubiese alcanzado el momento de proclamar por las calles una doble pasión, razonablemente guiada. Pasión por el país, pasión por sus gentes. Pasión por un país que es nada, comunidad vacía, sin sus gentes. Gentes que son casi nada en un país entregado a la insolidaridad y a la montaña rusa de la corrupción y el despilfarro. Izquierda, pues, de aquí, que es una forma de ser todas partes; pero izquierda comprometida, desde los hechos, con estas gentes, las de este país. Izquierda que ha adquirido una identidad propia en la protesta contra la injusticia y la indecencia. Izquierda que no pierde ni un minuto en disputar sobre identificaciones abstractas, porque sabe que está esencialmente definida por lo que ha hecho y hace, por el compromiso con los más frágiles; los frágiles concretos, los que tienen rostro y nombre.

Esa es la síntesis de Compromís, ese tránsito ineludible de lo cítrico y lo suave a la necesidad de alzar algunos gestos por ver si los poderosos se retiran a sus guaridas. Una síntesis que asume que esta sociedad está enferma. Y enferma grave. Con enfermedad que no admite más dilación en la cura; pero con la clase de enfermedad que no soporta sobredosis de remedios mágicos. De eso se trata: de buscar la medicina justa en las dosis necesarias, para estabilizar a la enferma antes de que pueda volver a caminar con vigor. A algunos les pronostican las encuestas caídas que reflejan falta de credibilidad: pero siguen ignorando que cuanto más prometen más se espera que incumplan. Otros desconocen en su inocencia que pueden morir de hemorragia de palabras vacías, ahogados en desasosiego y rabia. Y es que es muy fácil no estar a la altura de las circunstancias: el PP nos lo tiene demostrado y camina Ciudadanos en pos de lo mismo. Pero, igualmente, es muy fácil estar por encima de las circunstancias, cuando hay más ocurrencias que numerario, más deseo que conocimiento. Compromís prefiere repetir con Antonio Machado que lo difícil es estar a la altura de las circunstancias. Porque lo primero será limpiar las telarañas de las arcas, que ya va a ser tarea ingente. Para ello Compromís constituye una garantía valiosa: es lo nuevo con experiencia, o la experiencia nueva, como usted prefiera. La experiencia renovada que habrá que aplicar para descubrir que algún cuarto quedaba, entre los pliegues de las sombras, para pagar los comedores de los colegios, por ejemplo. O para ir a Madrid a renegociar los cuartos que nos deben a usted y a mí. O cuartos de esos que, intangibles, otorgan la dignidad a los que les fue arrebatada por la insolencia de los que ahora intentan seguir mancillando a los débiles.

Seguramente por eso las encuestas dicen que la ciudadanía coloca a Compromís en el centro de la izquierda, que no es lo mismo, ni mucho menos, que el centro-izquierda, que es donde quieren ir a pacer otros, viejos o recién paridos. Cuando a la izquierda se le lanza la piedra de que sólo sabe pedir lo imposible, Compromís es identificada como la patria política de lo difícil pero posible, porque no ha erigido ni un castillo de vagas arenas ni un muro rígido de dogmas. Ni casta ni secta, no ha jugado a ir para delante para retroceder mejor, ni a ser de derechas para ser de izquierdas: su avance se ha construido desde la rotundidad en las intenciones, la firmeza en los principios, la expresividad, sin histerismo, en los modos de decir las convicciones. Para ser capaz de defender, como en esta campaña, la sonrisa como instrumento, la ironía como recurso, el valor de la valentía y un cambio que será amable o no será, que será compartido o no será.

¿Inteligencia superior? No. Comparados con unos, el peso de las rutinas en su mochila es leve, no aplasta con una cultura de la sumisión a los poderosos ni el miedo a alterar el statu quo. Pero comparados con otros su petate transporta una cultura de años de confluencia de sensibilidades, lo que le permite saber que con confusión no se converge, y sí a fuerza de transparencia, diálogo, paciencia, enfados y abrazos. O sea: lo esencial para el día 25 de mayo, cuando se negocie cómo organizar el poder para transformar el poder, cuando ya no quede tiempo para trabalenguas y no podamos invocar lo que pudo haber sido y no fue.

Compromís sabe que las cosas van muy mal. Y también sabe que pueden y deben ir mejor, pero que la precariedad, la desdicha, la furia, la quiebra de la cohesión, para trabajadores, parados, clases medias, mujeres postergadas, jóvenes y mayores, no se arregla con maquillajes estadísticos. Requiere de ideas claras –pocas, pero claras– para que el impulso que nos lleve a la mejoría sea cierto y se realice de la única manera humanamente sostenible: fomentando el mejor reparto, inspirando movimientos de igualdad en lugar de inaugurar una nueva etapa de insolidaridad y especulación. Ese es el camino y no una dispersión de gozos y sombras. Es la economía. Pero es la política.

Por eso el voto a Compromís es el de los optimistas. Algunos necesitan que las cosas vayan mal para decir que las arreglarán. Otros sólo conciben el universo político como una constelación de sospechas. Compromís, repito, sabe que las cosas van mal y ha mostrado que hay que enfadarse cuando toca y donde toca, porque en política hay que estar a las duras y a las más duras, y si no que se lo digan a Mónica Oltra. Pero Compromís sabe que su futuro pasa por dirigir un país, una comunidad, unas ciudades que vayan bien. A Compromís no le vale esperar a otro momento para ver cómo irán las cosas. Compromís no va a amagar aquí para ver qué pasa en el otoño de las Generales, tan lejano para los que necesitan comer en verano, para los valencianos que requieren con urgencia sacudirse la vergüenza que le han clavado los corruptos. Es ahora la hora, la de cambiar, la de garantizar el cambio. Una hora optimista de fruta madura, de rojo dulce. Hora de Compromís.
 


5.19.2015

Bones notícies des del país valencià 19.05.2015 DAVID PAGÈS I CASSÚ (Diari de Girona)

Quan, en relació amb els països de parla catalana, projectem una mirada àmplia i global, ens adonem de la facilitat amb què es trenen lligams de tota mena: cultu?rals, econòmics, geogràfics, històrics, lingüístics, socials..., que visualitzen les moltes coses que compartim i ens uneixen. En poques setmanes, hem viscut dues bones notícies procedents del País Valencià, que ara ens plau de compartir amb el benvolgut lector.
Ens va arribar, per indicació de l'autor, el lingüista Eugeni S. Reig (Alcoi, 1942), el volum El valencià de sempre (edicions Bromera), una versió actualitzada i ampliada del també llibre seu Valencià en perill d'extinció. Reig sap que la llengua és un pou sense fons i, per això mateix, la seva tasca és inacabable i fructífera.
L'obra inclou les 1.440 entrades de la segona edició de Valencià en perill d'extinció; les 300 de Lèxic valencià d'ahir i de hui, fins ara inèdit, i 440 entrades noves, que incorporen nombrosos exemples literaris d'autors reconeguts. El llibre presenta un material amb un gran potencial didàctic. Tot plegat fa que puguem dir que es tracta d'un treball útil i durador darrere el qual hi ha el convenciment que cal treballar per evitar la desnaturalització i la regressió de la llengua.
L'altra notícia de què volem parlar és de la Presentació, el passat 8 de maig, a l'Auditori Josep Irla de Girona, de La Veu del PV. D'aquest diari digital en podem dir que va néixer amb l'objectiu de contribuir a vertebrar el País Valencià i de ser una veu independent i rigorosa. Exposa l'actualitat i els temes que afecten els ciutadans, els munici?pis i les comarques d'arreu del país i, és clar, vol ser una eina d'anà?lisi, informació, opinió i participació, a més d'un camí cap a la digni?tat del poble valencià.
L'acte, conduït per Jaume Piquer, fou molt lluït i comptà amb les intervencions de valencians que viuen en les nostres comarques. També, amb les de dos dels responsables de La Veu: Moisès Vicaino, coordinador, i Eduard Ferrando, del Departament de Llengua. Així mateix va ser amenitzat amb tocs poètico-musicals per Núria Agulló, d'Elx, i Alexandre Hernàndez, de Xàtiva.
Som una sola família i sentim una gran solidaritat entre nosaltres i, per això mateix, compartim les alegries i les tristeses; les esperances i els temors; les celebracions i les decepcions. Aquest compartiment ens enforteix i ens enriqueix. Benvingudes siguin aquestes bones notícies. Que en vinguin moltes més.

5.12.2015

Aprendre amb família: Entrevista Maestro de Novicios, monasterio de Mont...

Aprendre amb família: Entrevista Maestro de Novicios, monasterio de Mont...: Sara y Judit entrevistan al Padre Josep Miquel, maestro de novicios del monasterio de Montserrat. Han elaborado un trabajo previo de invest...

Rita Barberá amenaza a una joven que le acusó de robar: “Te voy a identificar en este momento” (d'El pulpito laico)


 La alcaldesa vivió un duro revés en pleno acto electoralista cuando una joven le reprochó la corrupción del PP y se negó a darle la mano 

La alcaldesa de Valencia y candidata popular a la reelección, Rita Barberá, ha demostrado en anteriores ocasiones su talante a la hora de enfrentarse al malestar ciudadano, como cuando desde el balcón del Ayuntamiento se burló entre risas de las víctimas del accidente de Metro que protestaban en la plaza reclamando justicia. Esta vez lo ha pasado peor porque el enfrentamiento se ha producido a pie de calle cuando durante un acto electoralista en un mercado una joven le ha reprochado la corrupción y se ha negado a darle la mano. La alcaldesa ha perdido los nervios acusando a la ciudadana de “incitar un delito” y advirtiendo de que la iba a “identificar”
 
Incidente en pleno acto de campaña

La imagen completa de lo sucedido ha sido difundida por el diario Levante. Una chica ha acusado a Barberá de “quitarnos el dinero” y ésta le ha espetado que estaba “mintiendo” y era “una manipuladora”. “Como tú, como todos vosotros”, respondía la ciudadana indignada. Pero el momento de más tensión se ha producido después de que la joven se negara a estrechar la mano que le ofrecía la alcaldesa e insistir en que “nos están robando”. “Estás incitando a un delito y te voy a identificar en este momento”, advirtió la regidora.
 
....era más fácil reirse de los improperios cuando las encuestas pintaban "oros"...en tiempos de "bastos" el verdadero talante se muestra en su realidad.

5.10.2015

Extracte de l'article de Cipriano Torres (Qué duro es ser Belén Esteban), sobre la condesa pija i Rus, el contador (LEVANTE-EMV)


La condesa pija. Qué duro es ser Esperanza Aguirre y tener que abrazar a negras señoras inmigrantes un día y al siguiente acostarte con mala conciencia de «pija pata negra» y poner los sentimientos en su sitio colocando a los inmigrantes en el suyo, fuera de los parques y las calles, coño, que afean y asustan al personal, decía la pájara en una alocución de católica mala, de perra ultraconservadora en celo, de vende biblias a legos e ignorantes sin alma con nucas altivas perfumadas de Channel. Qué duro es ser Espe y tener que acudir a lo de Maritere Campos y echarte un chotis en mitad de la pista para divertir al populacho como una chabacana Esteban, el mundo al revés, una condesa arrastrada al lodo de ser una cualquiera para levantar la audiencia, convertida en viagra política para no ser menos que esos jovenzuelos que conectan con otros perroflautas sin tener que compartir plató con la pandilla amojamada de la Campos. Qué duro es ser Aguirre y decir hoy que no acudirá a La Sexta jamás de los jamases por manipuladora y sesgada y mañana, con la campaña electoral al cuello, agachar la estola y acudir a La Sexta Noche a someterse, ELLA, a las preguntas de una periodista avispa, Cristina Pardo, una pamplonica irónica, que no pierde la sonrisa ni deja escapar a su presa con facilidad, que no levanta la voz pero tampoco agacha la cabeza „no voy a hacer las preguntas que le gusten a usted, le decía Cristina a una Aguirre rabiosa, que se tragó los datos que desenmascaran sus mentiras, su cínica amnesia, su falta de escrúpulos, su populismo de mercadillo„. Qué duro es ser Esperanza Aguirre y tener que acudir a vender su moto entre hormigas, a reírle las gracias a Trancas y Barrancas, y empezar tu semana con Pablo Motos sabiendo que en ese río tal vez no haya peces que llevarse a la cesta. Qué duro es saberse la mejor y tener que vérselas con aprendices de chichinabo o con jefes de sección de grandes áreas como Antonio Miguel Carmona, que también bailó con la Campos como socialista en lucha por la alcaldía de Madrid.



Rus, el contador. Qué duro es ser candidato a la alcaldía de Xàtiva y presidente de la diputación de Valencia y tener que agazaparte en un coche para contar dinero como un mafioso, con lo lindo que hubiera sido hacerlo en la barra del bar, joder, con tu puro entre los dientes, altivo y chuleta, con ese desparpajo del que se sabe impune porque así es el microclima político en el que se mueve, qué duro es ser Alfonso Rus y verte rodeado de cámaras cuando vas a ver a tu equipo en vaqueros, descamisado, con tu señora al lado, rubia como los trigos de Pantene, sonriente como princesa feliz en su ignorancia, y tener que soportar la impertinencia de una periodista que te pregunta sin rodeos, «¿usted ha metido la mano en algún momento?» y tú, rápido, al estilo ordinario de Sonia Castedo, también del PP, contestarle, «sí, en el bolsillo». Qué duro es ser Alfonso Rus y tener que tener siempre un «como no votéis a Cañete os doy una paliza», qué duro es tener siempre en la recámara la bala de una salida fallera para enmascarar al fullero que llevas dentro. Qué duro es tener que advertirle al jefe del PP que ojito, que se vaya preparando Alberto Fabra, que hoy no hablará de él y que, como diceJosé Mota, lo hará mañana, o sea, después de las elecciones. Qué duro, en fin, es ser Pablo Iglesias y no poder reírte como se ríen los mortales sino esbozar sonrisas con mensaje, nada de risa gratuita mientras esperas una pregunta que has de solventar en milésimas de segundo, momento en que la incipiente sonrisilla desaparece dejando en el rostro ese peso, esa gravedad, esa amenaza, ese plomo de verte ya dirigiendo un país en llamas, un pueblo necesitado de un salvadorcito que no puede dudar jamás, y Pablo jamás duda, qué canguelo. Quizá no vaya a echarse en brazos de Maritere, pero ha de acudir a La Sexta noche para levantarle el share a Iñaki López, que es joven y seguro que lo tiene siempre dispuesto. Es mucha responsabilidad, es muy duro actuar como presidente in pectore. Es durísimo ser Belén, Esperanza, Antonio, Alfonso, Pablo, tirarte al ruedo de la tele y que el dios catódico reparta suertes, o para salvarte o para condenarte. Qué dura es la vida de estos muñequitos.

5.09.2015

¿Quieres dejar de votar al PP? ¡Nosotros tenemos la solución! (d'El pulpito laico)

Os contamos cómo combatir el reciente entusiasmo pepero de los periódicos ante las elecciones municipales

El otro día vimos una cosa rarísima: Mariano Rajoy dando una entrevista en un periódico. Y nosotros nos preguntamos: ¿Pero Rajoy aún es el presidente de España? O incluso: ¿Pero Rajoy NO HABÍA MUERTO? Pues no. El hombre ha decidido salir del confort de su plasma, como si fuese una película de terror en 3D demasiado real para nuestro gusto, mientras los periodistas cantan las proezas del gobierno pepero.

Si "La Razón" sigue inventándose tantas cosas, habrá que trasladarla del quiosco a la sección de Novela Fantástica. O quizás a la de Novela Erótica, dada la facilidad que tienen para arrodillarse con la boca abierta ante el presidente cuando le entrevistan.

¿A qué se debe este repentino entusiasmo por el PP y la reaparición de Rajoy? Pues a las inminentes elecciones municipales. Los electores tenemos memoria de pez y a la hora de votar nos quedamos tan solo con las últimas impresiones que recibimos de los medios de comunicación.

Podemos recordar en cada puta discusión con nuestra pareja que hace cinco años se comió una patata frita de nuestro plato sin preguntar, pero olvidamos la privatización de la sanidad, los recortes en Educación, la subida del IVA y que tenemos por presidente a un monigote que leyó "Fin de la cita" al acabar un discurso.
¿Es posible combatir la mala memoria política del votante? Por supuesto que sí. Y ahora os vamos a explicar cómo:

No leer prensa afín al PP. Abandonad La Razón, el ABC, La Gaceta, El Mundo y leed... esto... ¿El País? Ah, no, tampoco. A ver si los analfabetos en este país vamos a ser los de izquierdas y por esto no existen periódicos de nuestra cuerda.

Acudir a terapia. Sabemos que el gobierno pepero ha resultado tan traumático que vuestra mente intenta eliminar los recuerdos asociados a él. Pero todo se puede solucionar con un muñequito y la pregunta "Indícanos el lugar en el que te tocó el ministro". Para representar a Montoro podemos usar una figura del malo de Los Pitufos.

Tatuarse. Hoy en día la gente usa los tatuajes para recordar momentos importantes de su vida. Será que somos gilipollas, porque antes nos bastaba con anotarlo en un papel o con ese misterioso órgano llamado cerebro. Pero estos son los tiempos que nos ha tocado vivir. Así que cada vez que algún político os decepcione, dibujaros su cara en el cuerpo. Pero mejor pedidle al tatuador que directamente os reproduzca todo el Congreso de los Diputados. Os ahorraréis tiempo, porque tarde o temprano todos y cada uno de ellos os va a putear de una manera u otra.


Votar al PSOE. El mejor antídoto para recordar todas las fechorías del PP es votar a su rival tradicional. El único problema es que corres el altísimo riesgo de olvidar tooooodas las mierdas que puede llegar a hacer el PSOE en cuatro años de gobierno. U ocho. O doce. O dieciséis. ¿Os acordáis de Felipe González? ¿No? Entonces es que estáis siguiendo este consejo al pie de la letra.

5.07.2015

#gràciesprofes

La ilusión del atajo a la prosperidad Existe un convencimiento general de que el Gobierno central discrimina financieramente a la comunidad (d'El pulpito laico)



La Valencia en estado de choque postraumático está harta de ser señalada como uno de los agujeros negros de la corrupción europea, de cargar con ese sambenito. De ahí que, con mayor o menor énfasis e intención, algunos de los entrevistados para este reportaje terminen apuntando hacía otras comunidades en el propósito de relativizar y sacudirse parte de la responsabilidad y de la culpa. “Le recuerdo que la trama Gürtel nació en Madrid” (…) “¿Y por qué no se centran más en la Cataluña de la familia Pujol?” (…) “¿No cree que el fraude andaluz de los ERE supera en cifras a lo que ha pasado aquí?” (…) “¿Qué me dice del PER? ¿Y de Galicia?”. Ciertamente, la Comunidad Valenciana no deja de ser un exponente, acusado y descarnado, del espejismo que llevó a buena parte de España a creer que existía un atajo colectivo a la prosperidad.

El otro boquete por el que supura la herida de la bancarrota nace del convencimiento compartido a derecha e izquierda de que la Comunidad Valenciana está siendo discriminada financieramente por el Estado. Pese a que el argumento puede sonar recurrente en esta España autonómica de puja continua en la que nadie se declara conforme con su financiación, los valencianos se están armando de datos extraídos de las balanzas fiscales que demostrarían ese maltrato. “Cada valenciano recibe 829 euros menos que un cántabro, 702 menos que un riojano, 513 euros menos que un aragonés. Somos el 10,7% de la población española y tenemos una renta per cápita del 87,5% de la media nacional, pero en los dos últimos años el Estado solo ha invertido aquí el 6,2%”, destaca José Vicente González, presidente de la patronal Cierval y propietario de la empresa GH Electrotecnia.

En su afán por minimizar el impacto económico de la corrupción —12.500 millones de euros es el resultante del estudio llevado a cabo por el profesor de Análisis Económico y diputado socialista Julián López Milla con metodología del Fondo Monetario Internacional (FMI) estatal—, la derecha política subraya ahora la idea de que el problema de la Comunidad Valenciana no ha sido la corrupción y la mala gestión, sino la deficiente financiación. Hay, pues, un novedoso punto de rebeldía ante “Madrid” y hasta empiezan a revisarse los postulados del proverbial anticatalanismo del PP valenciano. “Desde el punto de vista empresarial no tiene sentido enemistarnos con nuestros vecinos y principales clientes y proveedores. Para el corredor del Mediterráneo, para nuestras exportaciones, para todo, Valencia tiene que contar por Cataluña”, afirma José Vicente González.

Ahora que el cuento propagandístico se ha acabado, los valencianos vuelven a demostrar que su proverbial disposición al trabajo está por encima de la fama que les atribuye cierta inclinación a pasar fácilmente de la euforia al catastrofismo. Individualistas y emprendedores, acreditan que mantienen sus reflejos a punto, preparados a aprovechar la oportunidad. Pocas horas después de que la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, se inventara ante la rechifla general el vocablo “el caloret” las canciones y vídeos de chanza y burla ya inundaban la Red. Pensat i fet (pensado y hecho). ¿No vuelve a oírse en las calles de Elche y de las poblaciones de la ribera del Villalopó el característico tac, tac, tac artesanal de los talleres domésticos familiares, ahora que algunos empresarios del calzado han vuelto de su frustrada experiencia en China y compiten por la calidad del producto? “Hemos formado parte de esa España de locura colectiva, aunque tampoco es que hayamos hecho las cosas mucho más diferentes que los demás. Esta es una sociedad dinámica con muchas empresas pequeñas que pueden moverse con rapidez. Ahora exportamos ya por encima de la media española. Cuando a España le va bien a nosotros nos va muy bien y al revés”, declara José Vicente González.
Pese a que el presidente de la patronal es más bien refractario a la idea —“la política la tienen que hacer los partidos”—, ha aflorado en una parte del empresariado la propuesta de fundar un partido nacionalista, se supone que al modo de aquella Unión Valenciana, luego integrada en el PP, que tan buenas oportunidades de negocio brindó a determinados promotores inmobiliarios. De acuerdo con el relato de un antiguo cargo de la Generalitat hoy apartado de la política, ahí se inició la carrera de la financiación irregular de los partidos que ha desembocado en la actual situación. “Unión Valenciana, que estaba financiada por una serie de empresas interesadas en la cuestión urbanística, ganó la alcaldía de Valencia en 1991 y quiso hacer un aparcamiento bajo la plaza del Ayuntamiento. Rita Barberá no lo vio claro, ni tampoco el PP, porque temían que si se levantaba la plaza aparecerían restos arqueológicos y habría una gran oposición ciudadana al proyecto. Como la obra había sido adjudicada a la empresa Entrecanales, me reuní con el dueño José María Entrecanales para pedirle en nombre de Barberá y del PP que renunciara a la obra. Muy contrariado, el patrón me dijo que estaba harto de pagar las campañas electorales del PP nacional, aunque terminó aceptando mis argumentos a la espera de verse compensado de otra manera”, cuenta este antiguo representante del PP.

A su juicio, el momento clave en la larga historia de la corrupción vinculada a la financiación de los partidos es el paso del pago de las comisiones por obra al pago deducido del sobrecoste presupuestario. “Hubo un momento en el que las empresas comenzaron a quejarse de que las comisiones que pagaban a los partidos reducían mucho sus beneficios y entonces se recurrió a la fórmula del sobrecoste. Es un sistema mucho más ventajoso para las compañías porque el respaldo institucional del partido les otorga un margen de maniobra presupuestario poco definido. Muchos aprovecharon para hacer así verdaderas fortunas con la obra pública”.

De acuerdo con el relato de este informante, el PP fue heredando el apoyo financiero del grupo de empresas que había apoyado a Unión Valenciana a medida en que se constituía en la verdadera alternativa de poder de la derecha valenciana. “Gracias a la ayuda de esas empresas amigas, núcleo de la simbiosis política empresarial del PP, Eduardo Zaplana logró llenar el estadio de Mestalla —un millar de autobuses—, para el mitin del 29 de febrero de 1996 que aupó a José María Aznar a la presidencia del Gobierno de España”. A partir de ese momento, el entonces presidente de la Generalitat pasó a convertirse en “el gran Eduardo” a ojos del líder nacional y pudo manejar a su antojo las instituciones y el PP valenciano hasta que, cumplido su sueño de ser ministro, pasó las riendas a Francisco Camps. La Comunidad Valenciana era la tierra conquistada del PP, la fortaleza segura que otorgaba glorificantes baños de masa a los líderes nacionales y hacía soñar a los locales con alcanzar un día el Gobierno de España. El antiguo cargo de la Generalitat cree tener una explicación a la pasión por los caros trajes hechos a medida que han mostrado los dirigentes del PP valenciano. “Tiene que ver con el complejo de inferioridad latente en la burguesía valenciana que proviene en buena medida del naranjo o de la pequeña empresa. Los trajes caros eran el uniforme, la armadura, con la que exhibirse en Madrid y demostrar el poderío valenciano. En esto, como en otros asuntos, el precursor fue Eduardo Zaplana, el gran ausente de la actualidad valenciana. Si alguien registrara el despacho de la sastrería Antonio Puebla de Valencia e inspeccionara los libros de contabilidad descubriría que el gasto en trajes de Zaplana durante su presidencia alcanzó cifras astronómicas”.

La corrupción del PP valenciano, destapada ya en 1990 en las escuchas telefónicas al tesorero del partido Rosendo Naseiro y en la conversación igualmente registrada del expresidente de la Diputación de Valencia Vicente Sanz. En ella le confesó a Eduardo Zaplana: “Estoy en la política para forrarme”. Algo que parece haber formado parte del ADN de esa formación sin solución de continuidad. La pregunta es por qué la dirección nacional consistió este estado de cosas, por qué siguió respaldando a los que ahora se sientan en el banquillo. Los catedráticos de la Universidad José Antonio Piqueras, Antonio Laguna, Francesc Andreu Martínez y Antonio Alaminos trataron de encontrar una respuesta a la otra pregunta, tan crucial como la primera, de por qué el PP valenciano ha seguido teniendo, pese a todo, tanto éxito electoral.
Dice Antonio Laguna que sus investigaciones, recogidas en el libro El secuestro de la democracia, demuestran que “más allá de las consultas electorales, en la Comunidad Valenciana se produjo por la vía de hecho el secuestro de la democracia a cargo de un partido que utilizaba las instituciones y el dinero público en su propio beneficio, incluso con técnicas propias del caciquismo del siglo XIX como la compra de votos y la alteración de censos electorales”.

D'El pulpito laico


EP ha abierto una serie de reportajes sobre Valencia con ese mismo título que yo he pensado sería mejor ampliar a todo el territorio nacional. Porque no solo es Valencia, aunque allí el expolio haya alcanzado su máxima expresión.

Qué nos ha pasado, a ellos y a nosotros, para que semejantes cotas de podedrumbre se hayan instalado entre nosotros sin ninguna consecuencia? 

En el reportaje de EP se dice a propósito: "La experiencia valenciana, y española, parece haber mostrado, al menos hasta ahora, que la ética no ha sido el factor determinante de los cambios de ciclo político. Puede que la explicación haya que buscarla en la escasa articulación social, en la falta de educación y de valores comunitarios, unido, en el caso que nos ocupa, al acendrado individualismo levantino, a su concepto de la tolerancia, que a menudo se confunde con la inacción e inhibición, con ese “meninfot” de uso coloquial, traducible por “paso de lo que no me afecta”, a la estructura sociolaboral de pequeños propietarios del campo o de la fabricación del calzado, la piel, el juguete, lo textil. Lo cierto es que la corrupción no ha encontrado un rechazo social tajante hasta que ha faltado el dinero, hasta que la burbuja narrativa de la “gran Valencia” se ha deshinchado por sí misma. Porque el comentario recurrente en el ejercicio de la contemporización, el que a menudo zanjaba la discusión, era: “¿tú que harías?”.

La repuesta a esa pregunta mucho me temo que es lo mismo que ellos. Contrariamente a lo que se dice dimitir no es un verbo ruso y no se ha caído del diccionario por falta de uso ya que es masivo. Hemos dimitido como sociedad y la falta de una conciencia civil y ciudadana permite que haya pasado y siga pasando lo que se dice de Valencia y de tantos y tantos otros lugares. La ciudanía ha presentado su dimisión y los sinvergüenzas la han aceptado con muchísimo gusto. De hecho después de más de 12 horas de andar en primera página el número de comentarios solo llega a medio centenar, mientras que la dimisión de Monedero con una hora más en pantalla supera los 2500.