8.25.2017

La economía crece, los salarios caen: España no ha salido de la crisis El pulpito laico

Los datos del PIB del segundo trimestre muestran un mejora económica apabullante en todas las partidas, excepto en la remuneración de los trabajadores
El ministro de Economía reconoce que hasta que no se recupere todo el empleo perdido en la crisis no se puede decir que España se haya recuperado
El tipo de empleo que sea crea, temporal y precario, hace que los salarios de los trabajadores no reciban su parte en la recuperación económica

Belén Carreño
La economía va como una moto. La actividad crece en España  a tasas superiores al 3%, muy por encima de los países homólogos, y ya se ha alcanzado el nivel de renta previo a la crisis. Estas proclamas son ciertas y conviven con otras realidades mucho menos satisfactorias. La economía española tiene una tasa de paro del 18%, muy superior a la de los países europeos, y los salarios siguen sin recuperarse. Es más. En el segundo trimestre de este año 2017 de boom económico, los datos dicen que el sueldo medio ha vuelto a caer.
Este es el mix de crecimiento con el que España está saliendo de la crisis, una inmersión a pulmón, con el oxígeno de los sueldos de los trabajadores y la política expansiva del BCE. Estos dos pilares sustentan unas rutilantes tasas de crecimiento que también son sus talones de Aquiles.
En la primavera de 2017, el consumo privado fue el auténtico motor de la economía. En opinión del director del servicio de estudios de Funcas, Raymond Torres, el fenómeno puede tener fecha de caducidad. Torres recuerda que el consumo de los hogares está creciendo por encima de la mejora de los ingresos, lo que hace que estén tirando del ahorro. "La tasa de ahorro va a marcar su segundo mínimo histórico", recuerda este economista.
Como los ahorros no son un pozo sin fondo, la capacidad de los hogares de seguir impulsando la actividad económica tiene un límite que se podría mejorar elevando los salarios. Un respuesta que por ahora ni se la ve ni se la espera.
En el segundo trimestre del año la remuneración media por asalariado cayó una décima. No es una caída espectacular pero estaba precedida, por fin, de una subida significativa en el trimestre anterior del 0,4%. La mejora en el arranque del año parece así quedarse en un espejismo y continuar la tendencia de congelación o reducción de la remuneración media en los años precedentes.
También cae el coste laboral unitario (un 0,4%), y todo esto en medio de subidas del empleo por encima del 3%, en línea con la actividad económica pero a años luz del bolsillo de los trabajadores.
Según los datos de la EPA, en España aún hay casi cuatro millones de parados, rozando el 18% del desempleo. Esta cantidad de desocupados es una de las explicaciones, la tradicional, que ofrece la teoría económica a la razón de por qué crece la economía y no lo hacen los sueldos. Aún hay un exceso de oferta y hasta que no se equilibre se complicará ver subidas de sueldos.
Pero la cuestión no es que los sueldos no suban, ¡es que incluso caen! Y para explicar esta cuestión Torres cree que entra otro valor en juego: el del tipo de empleo que se crea. La "composición" del mercado de trabajo, con alta temporalidad y con empleos relacionados con sectores poco productivos, es una de las claves que lleva a que los nuevos empleos que se crean estén aparejados a salarios a la baja.
Para el economista José Domingo Roselló, la parcialidad y el tipo de jornadas laborales también explican este descenso en la remuneración. Aunque los datos que se conocieron el jueves solo hablan de empleos a tiempo completo (o su equivalente) sí dejan ver una aminoración en las horas trabajadas en pleno subidón de casi 480.000 puestos de trabajo a tiempo completo más. Trabaja más gente, pero no se reparte a jornada completa.
Roselló también recuerda que en el mismo trimestre de 2016 se devolvió parte de la paga extra de los funcionarios. La aportación ha influido en la comparación frente al año anterior, aunque no justifica la tendencia.
Los economistas claman por subidas salariales ligadas a la productividad, que por hora trabajada está en el 1,3%, y los sindicatos piden que en algunos sectores se gane poder adquisitivo y se llegue hasta el 2,5%. Pero la moderación salarial sigue su curso, envuelta en una tendencia global de desproporción de la riqueza a favor del capital frente a los trabajadores.
Para el economista José Carlos Díez, "a corto plazo la recuperación no llega a los salarios y a largo plazo la productividad está estancada, lo que lleva a cronificar la precariedad salarial provocada por la crisis". Como receta, propone "aumentar la
productividad y repartir mejor ese crecimiento. Con más inversión, especialmente en capital humano y educación y más innovación en nuestras empresas".
Precisamente captar este tipo de inversión es el objetivo del BCE con su política ultraexpansiva. Y Torres teme que no se esté cumpliendo, ya que la inversión en el ladrillo es una de las partidas que más mejora en el trimestre.


Las Kellys han reclamado ser regularizadas mientras la empresa entrevistava aspirantes a trabajar foto: TOMEU FERRER

Menos porción de la tarta

En cuanto a la preocupación por los salarios, el propio Luis de Guindos en rueda de prensa explicó que el peso de los salarios en la economía apenas se sitúa en el 49%, cuando antes de la crisis se fijaba en el 51%. Pero auguró que cuando se recuperen los casi dos millones de puestos de trabajo que faltan para tener el mismo tamaño de mercado laboral que en 2007, los trabajadores volverían a recuperar su porción de la tarta de la riqueza.
Díez cree que el peso de los salarios sobre PIB tocó suelo en el 47% del tercer trimestre de 2016 y que, efectivamente, todo el aumento de remuneración de asalariados se produce por pura creación de empleo ya que los salarios en media están estancados. Pero revertir al tendencia será complicado en un contexto internacional en el que los trabajadores son los perdedores en el reparto de la riqueza.
La caída de las rentas del trabajo en la economía empezó a darse a finales de los noventa en los países desarrollados y ya en 2007, antes de la crisis, era un fenómeno preocupante. El G-20 tiene su propio grupo de trabajo para analizar lo que considera un problema, ya que el aumento del peso del capital genera desigualdad. Entre 1990 y 2007, los trabajadores de Canadá perdieron casi ocho puntos de su peso en la riqueza y los estadounidenses cerca de cuatro.
Ampliando la mirada, y siempre según datos de la OCDE recabados por este grupo del G-20, los asalariados españoles han perdido entre 1970 y 2014 casi 15 puntos de su participación en la tarta de la riqueza. Italia, Corea del Sur y Estados Unidos son los otros tres países estudiados donde la participación de los salarios en la economía ha caído más de un 10% en este mismo periodo.
El fenómeno tiene mucho que ver con la nueva economía, los nuevos modelos de empleo, la deslocalización de mano de obra a otros países más baratos... y muchos factores que se están aún estudiando. El problema es que esta tendencia cogió a España con el pie cambiado acelerando y agravando el fenómeno. Así, cuando la economía empieza a emerger, lo hace en un proceso global de estancamiento de los sueldos.
El debate de la renta básica y de los salarios mínimos ha surgido precisamente tras extenderse este fenómeno que será complicado que España revierta en solitario.
Por el momento, el propio De Guindos ha reconocido que no se puede hablar de salida de la crisis hasta que se creen estos casi dos millones de empleos que faltan para retomar el nivel del mercado de trabajo de 2007. Y que será en ese momento cuando la "normalización" de los salarios se vaya produciendo.

8.24.2017

Los bolardos del ministro de Antón LOSADA EL PULPITO LAICO

El ministro Zoido sabe, porque de seguro se lo habrán explicado los excelentes expertos de la Policía y la Guardia Civil, que el falso debate sobre los bolardos no lleva a ninguna parte o, aún peor, conduce a tomar malas decisiones.


Resulta de una frivolidad temeraria la actitud del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, al sumarse al batallón mediático antiColau de guardia, alimentando el surrealista debate sobre los bolardos mientras inoculan en la opinión pública la falsa ilusión de que la amenaza del terrorismo yihadista se espanta con unos maceteros.
Desmontada la mentira de unas declaraciones inventadas para presentar al president Puigdemont como un monstruo insensible que sólo piensa en el procés, incluso ante este atentado tan terrible, han activado el plan B: la culpa es de la alcaldesa Ada Colau por roja buenista, por progre idiota y por no poner bolardos "porque coartan la libertad".
Pedir responsabilidad a los medios de extrema derecha, que existen entre nosotros aunque no los queramos ver, resulta una tarea tan heroica como inútil; basta con comprobar cómo se lanzan al olor de la sangre fresca. Pero al ministro sí cabe exigirle y demandarle sentido de Estado y una mínima responsabilidad.
El ministro Zoido sí sabe, porque de seguro se lo habrán explicado los excelentes expertos de la Policía y la Guardia Civil, que ese falso debate lleva a ninguna parte o, aún peor, conduce a tomar malas decisiones; como llenar nuestras calles y plazas de obstáculos que pueden dificultar la acción de los terroristas, pero también el tráfico y la reacción ante una emergencia o un accidente. Si mañana por desgracia algo así sucediese, los mismos que hoy reclaman bolardos preguntarán indignados por qué había obstáculos dificultando la evacuación en una zona con tanta aglomeración de gente. En el fondo les da igual, solo es una excusa.
El ministro sabe perfectamente que la famosa circular de diciembre recomendaba poner obstáculos o incrementar la presencia policial y sabe perfectamente que la segunda fue la opción elegida en las Ramblas, y en casi todas las ciudades y capitales de España. Los bolardos y maceteros no habrían evitado una masacre en Cambrils, la impidió la presencia policial. Además de no faltar a la verdad, Zoido haría bien en comportarse con la responsabilidad que exige un cargo tan delicado como dirigir el Ministerio del Interior.
Si no quieren hacer caso a los numerosos expertos y arquitectos que estos días aconsejan no llenar nuestras ciudades de bolardos y demás murallas accidentales, háganse al menos las preguntas que, o no le hacen, o no responde, el ministro. Pregúntense si continúa siendo razonable mantener a los Mossos con acceso limitado a la inteligencia antiterrorista, o fuera de la Interpol, cuando Catalunya constituye una zona de máximo peligro. O qué va a hacer nuestra inteligencia antiterrorista para intentar detectar estos nuevos perfiles de potenciales terroristas, que conocen los sistemas de vigilancia y saben cómo burlarlos. O qué cambios vamos a ejecutar en nuestra política exterior para dejar de dar abrazos y empezar a presionar a los grandes financiadores de salafismo, Arabia Saudí y Qatar.
Sargento de Hierro @MeoNapalm
Poner bolardos en la puerta de tu casa para impedir que entre tu suegra.

8.21.2017

Memoria histórica Violadas, asesinadas y arrojadas a un pozo. Se inicia la exhumación del crimen del Aguaucho (EL PULPITO LAICO)

María Jesús, Coral, Josefa, María y Joaquina fueron asesinadas en la finca del Aguacho hace 81 años. La escuadra de falangistas que perpetró sus muertes paseó su ropa interior en la punta de sus fusiles por todo el pueblo de Fuentes de Andalucía (Sevilla) después de obligarlas a prepararles una comida y violarlas.
maría serrano
@marserranov
 
Pablo Caballero tenía solo seis años cuando perdió a la tita Josefa, su segunda madre. Entrecortado, no olvida la fecha del último día que la vio con vida, 17 de agosto de 1936. Ocurría en el municipio de Fuentes de Andalucía (Sevilla).
“Estuve años preguntando por ella. En el pueblo me decían que la habían llevado a un pozo y que esos que gritaban por las calles borrachos le habían quitado la vida”.
Han pasado 81 años y Pablo no puede evitar emocionarse. Sabe que pronto se conocerá la verdad del crimen del Aguaucho, la antigua finca donde cinco mujeres perdieron la vida, después de que un grupo de falangistas las llevara hasta aquel cortijo abandonado para violarlas, asesinarlas y arrojarlas a un pozo.
El próximo 11 de septiembre se iniciará la exhumación de aquel viejo hoyo sellado a tan solo cien metros de la autovía A-4. Su apertura revelará la cifra exacta de mujeres que fueron cruelmente arrojadas en aquel lugar, situado en el término de La Campana. La Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía ha iniciado los trámites para completar los trabajos de esta fosa de mujeres en un pueblo donde fueron asesinadas un total de veinticinco.

“Se llevaron a las más jóvenes y a las más nuevas”

Los más viejos de Fuentes siempre decían la misma frase del Aguaucho. “Se llevaron a las más jóvenes y a las más nuevas”. Fuentes de Andalucía fue uno de los pueblos donde el golpe militar triunfó de forma inmediata. Sin existir resistencia alguna, no se efectuaron disparos más que al aire por parte de la Guardia Civil. En la mañana del día 19 de julio, la mayoría de los fontaniegos destacados de izquierda fueron apresados por los golpistas.
Las cifras oficiales destacan que la represión organizada en Fuentes dejó en fosas comunes 116 cadáveres entre el 24 de julio y el 29 de septiembre de aquel año. En el Registro Civil figuran 103 fallecimientos (25 mujeres y 78 hombres), y en todos aparece como causa común “la Guerra”, a pesar de la ausencia de conflicto. La alta población femenina fusilada en el pueblo lo señala como uno de los municipios donde las mujeres sufrieron con mayor crudeza la represión.
Juan Morillo señala a Público cómo quiso contar aquella historia a través de la obra de teatro “Romanche del Aguaucho” representada por casi un centenar de espacios. “El pueblo entero quedó marcado por el crimen de un grupo de niñas que solo habían bordado una bandera o habían participado en las manifestaciones del 1 de mayo. No habían hecho nada más. Mi madre era amiga de algunas de ellas que vivían en la antigua calle Aurora del pueblo”. Morillo sabe que aquel relato oral tardó casi setenta años en que fuera escrito. “Moreno fue el primer historiador que puso sobre el papel la historia del Aguaucho en el año 1999. Fue cuando conmocionamos a muchos al conocer una historia tan trágica”.

“No se van a librar por mucho que berreen y pataleen”

Desde la toma del golpe militar en la ciudad de Sevilla, el general Queipo de Llano animaba a las escuadras de voluntarios falangistas a emprender cualquier método que doblegara a la población local. En el caso de las mujeres incitaba incluso a la violación desde sus arengas radiofónicas. “Esto es totalmente justificado porque estas comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que berreen y pataleen”.
Moreno señala que “estos mensajes del general Queipo de Llano invitando a la violación nos demuestran que no tenían límites para la consecución de sus propósitos, violación y muerte. Todo valía”. El crimen del Aguacho se “justificaba” así por parte de los legionarios que querían paralizar a la población tomando a las más inocentes, mujeres jóvenes de entre 16 y 22 años de edad. Muchas de ellas criadas de señoritos.
El crimen del Aguaucho se ejecutó el 27 de agosto de 1936. Moreno relata con crudeza cómo un grupo de grupo de mujeres jóvenes “fueron conducidas en una camioneta desde el Depósito Municipal a un pequeño cortijo conocido como el Aguaucho, situado en el término de La Campana junto a la carretera, cerca del cruce con la autovía A-4”. Separadas del resto de mujeres que tenían como destino ser fusiladas en las tapias del cementerio, cinco de ellas fueron conducidas a una finca abandonada. María Jesús Caro González, de 18 años de edad y soltera, las hermanas García Lora, Coral y Josefa de 16 y 18 años de edad, María León Becerril de 22 años y soltera y Joaquina Lora Muñoz, de 18 años y soltera.

La ropa interior en la punta de los fusiles sin ocultar el crimen

“Sabemos que fueron asesinadas y arrojadas a un pozo, desconociendo qué ocurrió exactamente durante las horas en que transcurrieron los acontecimientos”, afirma Moreno. Al atardecer del mismo 27, el camión que había subido con las mujeres entraría por por la Puerta del Monte y recorría la calle principal de Fuentes, la Carrera. El vehículo era conducido por la cuadrilla de asesinos falangistas ebrios. Era ya de noche y algunos de ellos portaban en la punta de los fusiles la ropa interior de las jóvenes que horas antes se habían llevado. “Eran bragas y sostenes de las niñas que habían obedecido a la ley militar sin conocer el triste destino que les esperaba. Daban voces por las calles vacías”, aclara Moreno. Mientras familias lloraban sin desconsuelo en el interior de la casa la muerte de aquellas inocentes.
En 1999 se pone el caso por escrito. Moreno preguntaba sin descanso por las calles de Fuentes sobre un crimen, el del Aguaucho. “Todos los testimonios coincidían en que las mujeres eran fusiladas en el Cementerio Municipal, pero una vez ocurrió el caso relatado del Aguaucho, sabían que habían enterrado en un pozo a varias de las más jóvenes. Alguno añadió que “las obligaron a prepararles la comida antes de abusar de ellas y asesinarlas”. Otros vecinos hablaban de las amenazas y los insultos que tuvieron que soportar las niñas en medio de la comida y de los viejos falangistas que atormentados hablaban que “lo que hicimos con aquellas muchachas”. Ninguno de ellos fue nunca juzgado por el crimen y sus nombres no han trascendido como culpables. El caso ha quedado impune.

Un monumento por suscripción popular

Morillo recuerda que el conocimiento del caso del Aguaucho hizo que el pueblo tomara conciencia del terrible crimen. “Fue tal la conmoción que ha tenido en el pueblo la historia de María Jesús, Coral, Josefa, María y Joaquina que los propios vecinos hicieron una suscripción popular para crear un monumento en el Parque de los Luchadores por la Libertad” coordinado por la Comisión de Memoria Histórica de Fuentes de Andalucía que engloba a familiares y al propio ayuntamiento. La estatua de hierro forjado , obra de Paco Parra e inaugurada en 2013, simula un pozo invertido donde un grupo de palomas se alza ante la vida. Nadie olvida la terrible barbarie ni la descarnada represión que revela el crimen de Aguaucho. Cada 27 de agosto el pueblo de Fuentes les rinde homenaje. La exhumación de sus cuerpos arrojara verdad que falta ante un crimen que parecía olvidado pero que reside en la memoria intacta de muchos fontaniegos.


8.20.2017

Carta a un comentarista anónimo de Sarah Babiker, periodista (EL PULPITO LAICO)

Dirigida al que clama contra el islam y aboga por la expulsión de todos los árabes y/o musulmanes del país.

Comentarista anónimo:
Los tiempos que añoras no van a volver. Seguramente tu vida es peor que antes, por muchas razones además del terrorismo. Seguramente te cuesta habituarte a diversas incertidumbres, la personal, la económica. Todo es más difícil, no puedes fiarte de nada. Miras a tu alrededor y además están ellos. Gente diferente, percibes, musulmanes que tienen carnicerías halal y hacen el ramadán una vez al año, mujeres con velo, jóvenes que hablan árabe por el móvil. Algunas personas que practican el Islam, una parte mínima, han cometido actos tremendos. Sobretodo contra otras personas de su misma religión, y que hablan, como esos vecinos diferentes, variantes del árabe. También en tu ciudad, comentarista anónimo, por las calles que tantas veces has transitado, en lugares donde podías haber estado tú. ¿Cómo no estar asustado?
Lo que corresponde ahora, en tu opinión, es expulsarlos a todos. No me queda claro, comentarista anónimo, si son los árabes los que deben irse, o los musulmanes. O los árabes musulmanes, o cualquiera que tú consideres que podría ser árabe o musulmán. Quisiera, para empezar, comentarte, que no todos los musulmanes son árabes, ni todos los árabes son musulmanes. Ya que estamos, te aclaro que no todos los musulmanes son practicantes, de los practicantes solo una parte son islamistas, y la inmensa mayoría de estos últimos no son terroristas. Siento la necesidad de explicártelo porque no parece que lo sepas.
Comentarista anónimo, tu ignorancia no es del todo responsabilidad tuya. Primero falló el sistema educativo, más preocupado de que aprendieras los reyes godos, de que memorizaras ríos y afluentes que de instruirte sobre el mundo en el que vives. Tienes un continente aquí al lado, del que desconoces todo. No sabes nada de la gente que allí vive, de la expropiación de recursos y vidas que aún sigue sucediendo, de sus luchas y resistencias, y como no sabes nada de ellos, ni siquiera puedes pensarlos como personas, y por ello no empatizas, y es así como solo les ves como invasores o, en el mejor de los casos, como víctimas para las que no hay lugar. Una víctima, así, sin más biografía, no es una persona. Quizá, comentarista anónimo, acabaste hasta la universidad, sin saber lo más mínimo sobre la segunda religión monoteísta del mundo. No ya sobre la religión, aquí no es la religión lo importante, es la gente que la practica y cómo son sus vidas. ¿Qué te contaron de las personas de tradición islámica en la escuela? ¿Qué sabes de la historia de sus países, de su vida cotidiana? ¿Qué sabes de las personas musulmanas que viven aquí? ¿Qué sabes de los árabes más allá de que muchos de ellos practican el Islam? 
Comentarista anónimo, encima los medios masivos de comunicación no ayudan. La mayor parte de los periodistas fueron (mal) educados del mismo modo que tú, el foco puesto en un nosotros “occidental” del que éramos el Sur, y afuera todo sombras y campos de saqueo, espacios de impunidad. Periodistas que cuanto menos saben con más firmeza proclaman mierda eficazmente expandida por la caja de resonancia privilegiada que son los medios. Medios de comunicación que pueden dedicar páginas dobles a la ropa que llevaba Letizia en la última recepción real, reportajes al forúnculo de un afamado futbolista, pero para los que África no existe, y Latinoamérica o el mundo árabe existen en la medida en que interese a sus accionistas.
En nada ayudó tampoco la socialdemocracia, comentarista anónimo. En lo económico asumieron las prácticas del liberalismo, dejaron que el Estado de Bienestar se achicase, que el trabajo se hiciera un bien escaso y mal pago, que la vivienda fuera un lujo, y cuando los empobrecidos locales empezaron a percibir a los empobrecidos foráneos como enemigos, como competidores por los recursos, los progresistas en el poder les dijeron: está feo ser racistas e imprimieron muchas pegatinas en las que ponía: “somos diferentes, somos iguales”. Y hasta ahí llegó la cosa. Bajo lo políticamente correcto se incubó toda esa mierda que ahora brota en forma de comentarios anónimos en todos los medios. Los socioliberales tuvieron la flojera de trabajar mucho el discurso, y poco la educación, y mucho menos las realidades materiales. Entre sus grandes proclamas por la igualdad dejaron que se extendieran páramos de exclusión, desigualdad real y cotidiana, con jóvenes sin lugar ni futuro, listos para alistarse a una causa que dé sentido a sus vidas vacías.
Comentarista anónimo, por cada comentario tuyo identificando a todos los musulmanes como el enemigo tras un atentado, hay un comentario de otro tipo anónimo, que culpa a todo Occidente de la situación del mundo musulmán, de los millones de muertos en Irak, de la guerra interminable en Afganistán, de la situación en Palestina. Los dos sois igual de útiles para unas élites que lo único que están dispuestas a repartir es odio. Los dos basáis vuestros “nosotros” y “ellos” en una ignorancia muy funcional al poder. Pero “ellos” estarás pensando, comentarista anónimo, vienen aquí y nos matan, mientras “nosotros” no vamos a sus países a matarlos. Hay muchas formas de matar, comentarista anónimo. Matan las guerras ilegales, matan las armas de cuya venta se benefician tus élites, matan los discursos del odio financiados con el simpático dinero de los saudíes, con los que ufanamente comercian nuestros gobiernos.
Comentarista anónimo, siento tristeza, porque sé que eres una persona. No eres un “islamófobo”, o un “racista” o un ser abstracto a quien tenga que combatir con discursos. No eres un idiota ajeno del que burlarme en las redes sociales. Eres mi vecina de arriba, mi primo, mi compañero de la facultad, mi amiga de la infancia. Eres quizás la señora que le acarició la mejilla a mi hija pequeña, el joven que fue a donar sangre justo después de los atentados. Siento mucha tristeza y mucho miedo, porque lo que tú dices no son ideas peregrinas de gente radicalizada, racismos bárbaros de iletrados. Lo que tú dices, es cada vez más el sentido común de estos tiempos. Y es de este sentido común, tan bien alimentado de ignorancia y desinformación, al que solo alcanzamos a poner parches discursivos, del que brotarán los peores fascismos. Ya lo estamos viendo.

8.03.2017

Jaume I...

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8.01.2017

D'EVANGELI.NET

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