7.03.2008

AL VOLTANT DE LA LLEI I L?EDUCACIÓ


Enguany he estat despenjat de l'ies per una baixa laboral (artroscòpia de menis esquerre), i no sé massa bé quins han estat els canvis per al curs pròxim. Sols sé que, al meu centre i des de la subvenció al batxillerat privat, cada dia tenim menys grups de batxillerat i més d'ESO. Enguany en tindrem 5 de 1r i 5 de 2n d'ESO. Però sí que vaig llegir que es prepara i/o ja està aprovada una nova normativa sobre exàmens i revisió per part de pares, mares, iaios, iaies, etc. I si no, llegiu el que deia ahir Elvira Lindo a EL PAÍS. Sols vull dir que, si algú està pensant dedicar-se en un futur a l'ensemyament que s'ho pense bé abans de fer-ho. Açò ja no és el que era. I anem a més. Bon dia.

Las notas


ELVIRA LINDO

EL PAÍS - Última - 02-07-2008
No entiendo muy bien qué quiere decir la ministra Cabrera cuando afirma que tenemos el mejor sistema educativo de la historia de España. ¿Es que no podemos aspirar a más viniendo de donde venimos? Porque si en vez de establecer la comparación con el pasado la establecemos con otros países europeos salimos mal parados. Tampoco entiendo eso de que el sistema educativo ha contribuido al progreso de los últimos años. Parece que no es un secreto que el auge español ha sido consecuencia, fundamentalmente, del disparatado negocio inmobiliario que, en estos momentos de desplome, deja al aire lo que muchos predecían: que nuestro país necesitaba menos ladrillo y más incentivos a la investigación, al desarrollo tecnológico, a esa economía sofisticada que guarda una relación estrechísima con el sistema educativo. Entiendo que los catastrofismos son estériles pero también lo es el maquillaje de la realidad, una realidad de la que tampoco es responsable la ministra actual. La cosa viene de largo. Llevamos años más atentos a los procedimientos que al aprendizaje. No sé qué valor formativo tiene, por ejemplo, que como planea hacerse en alguna comunidad autónoma, los padres se conviertan en supervisores permanentes de los exámenes de sus hijos. Una especie de vigilancia al vigilante que viene a sumar dolores de cabeza y burocracia a ese maestro que deberá acompañar las notas con comentarios explicativos. Tener que justificar cada calificación, en vez de hacerlo sólo cuando surge algún problema, es entender que el profesor debe estar bajo sospecha. Esta medida permitirá también, dicen, que los padres puedan mostrar el examen a docentes de otros centros, a fin de que entre todos podamos encontrar la nota justa. En realidad, lo ideal sería que las notas las pusieran los padres. Quién sino ellos saben mejor que nadie lo listo que es el niño.