10.08.2016

Dales algo, Mariano Antón Losada (El pulpito laico)

En el día en el que comenzaba el juicio de la Gürtel, hablar del único partido imputado en un caso de corrupción casi resultaba una misión imposible entre la catarata de declaraciones de barones socialistas


No abuses, Mariano. Tú mejor que nadie sabe que en política pasa como en el patio del colegio, antes o después los abusones se llevan su merecido. Mira qué le ha pasado al pobre Aznar, que hasta le acabas de convertir la FAES en una subcontrata.
Albert Rivera va camino de celebrar los congresos de su partido en un microbús y poder reunir a todos sus votantes en un workshop para emprendedores. En Podemos los pablistas y los errejonistas se cazan a diario como si fueran pokémons. Y todo eso es nada comparado con un PSOE donde ya es pasado hablar de guerra por el poder porque ya padecen el hambre y el racionamiento de la posguerra administrada por una gestora que parece un gobierno de ocupación. Tu victoria resulta tan incontestable como apabullante pero recuerda, oh Mariano, que eres humano. La soberbia ha matado más cesares que la traición.
En el día en el que comenzaba el juicio de la Gürtel, hablar del tan temido horizonte penal que sacudirá al único partido imputado como tal en un caso de corrupción casi resultaba una extravagancia, una misión imposible entre la catarata de declaraciones y tomas de posición de los barones socialistas. De la "única autoridad" al "la candidatura más potente que puedan imaginar" de Emiliano García Page, pasando por la diferencia conceptual entre abstención y apoyo establecida por Javier Fernández o la denuncia por parte de Javier Lambán del holocausto independentista que planeaba Sánchez, sobra el material y cada minuto trae su afán.
A Pedro Sánchez se le derribó por la presunta debilidad de su liderazgo. Tras el holocausto nuclear del pasado comité federal era de esperar que emergieran a pecho descubierto todos los líderes castrados y maniatados por la torpeza del anterior secretario general. Se daba por hecho que abundarían las voces diciendo con absoluta claridad qué hay que hacer, cuándo se va a hacer y quién lo va a hacer, empezando por la cuestión de abstenerse o no ante Rajoy. Pero no ha sido así. El PSOE ha cambiado el "no es no" por una sucesión de "ya veremos", "lo estamos pensando", "qué quieres que te diga, por un lado si pero por otro también" o "ya os llamaremos cuando sepamos algo".
En el PSOE nadie parece querer asumir el coste de tomar una decisión que, paradójicamente, ya carece de valor. Da igual lo que decida los socialistas, que haya gobierno o vayamos a elecciones, ya sólo depende de ti, Mariano. Tan fácil te resultará justificar ir de nuevo a la investidura por responsabilidad, como la necesidad de ir a elecciones porque no se pude uno fiar de semejante tropa. Por eso tiéndeles la mano, te lo agradecerán.