6.23.2008

VESPRA DE SANT JOAN


I quina calor que fa! O tinc jo! Bo, ja estem en ple estiu (almenys per les temperatures). No acabe d'entendre com, feia uns dies, deien que l'estiu seria fresquet i ara diuen que serà calorós. Bé, siga com siga, ho haurem d'aguantar...


I ací us deixe un article dels que m'agrada penjar per si passe per ací alguna vegada.


Reforma penal


MANEL MAS - Barcelona

EL PAÍS - Opinión - 13-05-2008


Mis educadores siempre me han inculcado el respeto a la justicia y sus fallos, pero en la medida que se divulgan sentencias, aunque se respeten, se entiende por qué se denominan fallos.
¿Acaso no es fallo que al violador de su propia hija se le condene a tres años y se le retire la patria potestad, para recuperarla cuando termine la condena? ¿No es un fallo que delincuentes de guante blanco, ayudados por prestigiosos bufetes de abogados, prorroguen juicios hasta que prescriba el delito? ¿No es un fallo que un presunto delincuente acumule cantidad de causas y no tenga sentencias? ¿No es un fallo que el fiscal haga un paquete con 70 causas y de acuerdo con los abogados (caso Julián Muñoz) todo quede en una mínima condena? Podría continuar con otros muchos ejemplos, pero pienso que queda claro por qué al ciudadano medio cada día le cuesta más creer en la justicia debido a sus fallos, que propicia que delincuentes de otros países vengan al nuestro a efectuar sus fechorías, porque la justicia que hoy tenemos les favorece.
Urge una reforma de las leyes penales, pero sería importante que los legisladores tuvieran claro que todo estafador, ladrón o malversador debería ser condenado a devolver hasta el último céntimo al perjudicado, o a la sociedad, o, de lo contrario, tendría que seguir encarcelado hasta el total pago. Ésta sería la sentencia justa.


El 'efecto terremoto'


MANUEL GAMELLA BACETE - Majadahonda, Madrid

EL PAÍS - Opinión - 13-05-2008


Si examinamos las elecciones generales en España desde la transición democrática, de las nueve posibles ocasiones en estos 31 años, sólo en tres se ha producido un cambio de partido gobernante: en 1982, tras el autoderribo de Unión de Centro Democrático y el intento de golpe de Estado; en 1996, tras aflorar los escándalos del GAL y de la corrupción en el PSOE, y en 2004, tras la tergiversación por el PP del mayor atentado de nuestra historia. Parece como si el electorado español tendiera sistemáticamente a mantener a quienes ya gobiernan, salvo cuando se ven sacudidos por una especie de efecto terremoto.
¿Cómo extrañarnos de que, a falta de catástrofes reales, la oposición intente al menos crear su apariencia dramatizando o, como ahora se dice, crispando la vida política? Con lo de "España se rompe" el PP no ha conseguido llegar a La Moncloa, pero no le ha faltado mucho. Con cuatro largos años por delante, la tensión dramática no puede mantenerse sin un cierto descanso para recuperar energías antes de volver a la carga con argumentos actualizados. Yo apostaría ahora por lo de "invaden España" (los inmigrantes), que sintoniza con un nuevo europeísmo, o bien "España se arruina", si la crisis económica arreciara más de lo previsible. Confiemos en que el modelo no sea eterno.