7.02.2019

El sábado pasado se casó mi hijo pequeño. Estas son las palabras que le dediqué (EL PULPITO LAICO)

Cuando uno se enfrenta al hecho de que Héctor, tu hijo pequeño, al casarse completa el proceso de independencia, siente la tentación, desde la experiencia de más de cuarenta años de vida en pareja, de ofrecerle unas últimas advertencias que enlacen con los clásicas, tantas veces repetidas: “ cuidate, come, se prudente, el "abrígate", que a los que son de mi edad, nos concretaban en “tápate la boca”, cuando salíamos del cine en invierno.

Todo podría reducirse a decirle y desearle “se feliz” con Alba...pero para precisar y hacer un poco más efectivo este deseo, habría que decir "construid y defended día a día vuestra felicidad".

Hace mucho tiempo, en una boda en que también tomé la palabra, como era el día de los Reyes Magos, les dije a los novios que lo más extraordinario de aquellos hombres no fue que abandonaran la seguridad de sus hogares enfrentándose a todas las inseguridades del camino para buscar a un niño rey, sino que al encontrarlo, en la pobreza de un pesebre, fueran capaces de percibir la grandeza de aquel recién nacido.

Esa inesperada pobreza a superar, será para vosotros, las dificultades que os presentará el día a día, la rutina de lo cotidiano. 
La fase maravillosa del inicial enamoramiento y la posterior del amor, se verá atacada por el tiempo, que es capaz , como decía Gila, que lo que ayer se percibía como un delicioso lunar empiece a parecernos una insoportable verruga.

Sí, no lo dudéis, el tiempo erosionará lo que hoy celebráis rodeados de seres queridos...y una manera de prevenir ese deterioro es esforzarse en construir entre vosotros una amistad, una complicidad que consiga mantener en primer plano las cualidades del otro, haciendo soportables las imperfecciones que iremos descubriéndole, como cada uno hace con uno mismo...nos seguimos queriendo a pesar de nuestros defectos, que conocemos perfectamente mejor que nadie
Pero esa amistad que puede parecer innecesaria cuando se ama porque lo consideramos un sentimiento superior, no lo es. es muy importante y necesita un particular espacio de libertad…

no hay que cometer el error de sacrificar los deseos que no compartimos con nuestra pareja, pensando que es en pro del amor que nos tenemos...sí es un error, eso es una mutua y terrible castración que nos empobrece y siembra el despecho y la frustración, que nos hace sentirnos prisioneros, que nos amarga la vida y nos hace percibir la ruptura como un camino liberador.

No es fácil, pero hay que dejarse volar mutuamente en solitario, dar facilidad a la libertad del otro, aunque cueste, aunque a veces duela y duela mucho, porque el mejor camino para ser feliz, es facilitar la felicidad del otro.

Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre, se sentenciaría en una boda religiosa.

Aquí podemos traducirlo, sin que cambie el sentido. Lo que el amor ha unido que no lo separe la rutina, la frustración, el descuido…

Que mis mejores deseos para Alba y Héctor que seguro se identifican con los vuestros, amigos, familiares, también nos ayuden a todos a recuperar la buena ruta si nos hemos extraviado durante nuestro camino.


Les Carolines 29 junio 2019